Ahora los llaman expatriados, pero son exiliados

Winston Churchill decía que el político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.

Está circulando por WhatsApp un chiste que dicen: Día 1 de Rajoy: Empieza a notarse la mejoría de España, nuestros jóvenes vuelven a casa. De momento, los 22 de la selección.

Esto que nos hace sonreír o reír, depende en el momento que nos pille al mirar la pantalla del móvil, es preocupante. No porque los seleccionados hayan hecho las maletas y regresen a casa al ser eliminados, más bien porque cientos de jóvenes hacen las maletas pero en sentido inverso, para irse de aquí.

En 1939, sí soy consciente de que han pasado casi ocho décadas de esta fecha, las mentes más brillantes de España tuvieron que exiliarse porque aquí no podían quedarse por razones políticas. Ahora, el término lo hemos cambiado por expatriados, que es un eufemismo y suena mejor, pero sabemos que los cerebros más brillantes , también por razones de las políticas que se promueven en este país, se han tenido que marchar.

Voy a contar un caso personal. Tengo cuatro primos. Los cuatro no superan los treinta años. Dos de ellos, con expedientes y currículo impresionante, están desarrollando su capacidad laboral en Londres, en laboratorios que han visto en ellos el gran potencial que tienen y se están beneficiando de los conocimientos que adquirieron en la Universidad de Salamanca. Ellos tuvieron que expatriarse porque aquí no tenían hueco para desarrollar su capacidad.

Como he señalado, tengo otros dos primos. Igual de válidos como personas. Su curriculum, tanto académico, no concluyeron la ESO, como laboral, uno ha trabajado cinco meses en su vida y el otro ninguno, es muy diferente.

Y me pregunto. ¿Quién de los cuatro sería más rentable para España? Teniendo en cuenta que los países que más pronto han salido de la crisis son aquellos que han invertido en educación, investigación e innovación.