[dropcap]B[/dropcap]ien, cuesta mucho no lamentar los 20 años perdidos, cuesta mucho como salmantino, admitir la gestión que se ha llevado a cabo con el puerto fluvio- marítimo y no sentirse burlado. Cuesta mucho pensar que la mano negra que paraliza los proyectos en Salamanca no viene de fuera sino que está entre nosotros y cuesta también sentirse ciudadano de tercera cuando se pagan impuestos de primera.
No pasa nada. Tranquilos; el Duero no puede desaparecer como la Uds ni diluirse como un azucarillo en el agua como la antigua Caja de Ahorros de Salamanca (llegó a ser una de las primeras de España en sus buenos tiempos)
Somos miles los Salmantinos que sabemos que por el Duero bajarán barcos mercantes al Atlántico llevando el progreso a una comarca muy deprimida y el protagonismo a una provincia olvidada. Muchos los que sabemos que un día las vías desde la Fregeneda hasta La Fuente de San Esteban serán reparadas y los contenedores que lleguen a Vega Terrón serán distribuidos al interior. Porque el progreso se puede retrasar pero no se puede evitar.
Que lo sepan los maestros de la inacción y reyes del inmovilismo; el tiempo se les está acabando y si ellos no son capaces de hacer que el puerto funcione otros vendrán, seguramente de otras provincias, que lo pongan en marcha.
El Duero no tiene prisa pero tiene una cita con la historia; cita ineludible a pesar de todos los pesares, que son muchos y terribles.
Carlos Varona