El Palio

Emiliano Jiménez y La Bandiera de la Contrada della Tartuca, que ha lucido siempre en la Sala de las Tortugas.

 

[dropcap]E[/dropcap]n mayo del 87 visitaron a Antonio Arribas dos colegas italianos, mineralogistas como él. Uno de ellos, Francesco Riccobono, era de Siena; del otro no recuerdo su nombre ni su procedencia.

 

Al mostrarles las tortugas fósiles que yo estaba investigando por entonces, Francesco mostró un gran interés, por ser miembro muy activo de la Contrada della Tartuca.

¡Siena y su Carrera del Palio! Se emocionó al ver que sabía lo que era: ¡Hombre! –le dije– ¿En Italia no conocéis los sanfermines? Pues eso.

Esta famosa carrera ecuestre, la más antigua del mundo, se celebra con un gran ceremonial dos veces al año en la Piazza del Campo, algo mayor que nuestra Plaza Mayor, pero de contorno irregular. Los jinetes montan a pelo –dicen que por eso tienen que ser casados–, y pueden fustigar a los rivales. La prueba la gana el caballo, aunque llegue sin jinete. ¡Y la pierde el que llega segundo! Compiten 10 de los 17 barrios o Contradas, entre fiestas y ceremonias medievales que los sieneses viven muy intensamente, apasionados por la conservación de sus tradiciones. El Palio que obtiene el vencedor es exhibido con orgullo en su Parroquia.

Cada Contrada tiene sus colores y su animal tótem. Una de ellas, la de la Tartuca, tiene su sede en el Oratorio di Sant´Antonio da Padova.

Me llamó la atención el nombre de Tartuca, porque en italiano tortuga es tartaruga. Me explicó Francesco que es porque allí se habla sienés, un dialecto con no pocas palabras catalanas, dijo.

Ante el entusiasmo de este italiano por su ciudad y por su Contrada, que tenía, como todas, un museo para sus trofeos y recuerdos, no pude menos que hacerle entrega de una réplica de una tortuga, Neochelys zamorensis, del Eoceno de Sanzoles (Zamora).

En la Facultad de Ciencias, ahora.
En la Facultad de Ciencias, ahora.

Poco después, en junio de aquel año, recibí una carta del Priore de Sant´Antonio diciendo que la habían colocado en una vitrina de su museo. Más tarde, en febrero del 88, me llegó un paquete que contenía una preciosa Bandiera de la Contrada della Tartuca.

Por entonces estaba preparando la Sala de las Tortugas, que se inauguró unos meses más tarde, el 31 de mayo, en el Aula Alfonso X del Claustro de la Universidad de Salamanca, donde estuvo hasta el 2000. Antes de colocar la Bandiera se me ocurrió mostrarla al alcalde de Salamanca, por entonces Fernando Fernández de Trocóniz, y le propuse algo así como un hermanamiento con Siena con la celebración, en nuestra Plaza Mayor, de una «carrera del Pendón» en la que participasen, por ejemplo, dos o tres jinetes sieneses y otros tantos salmantinos. La idea le gustó mucho a nuestro edil. Pero me pidió la Bandiera, a lo que me negué porque ya tenía su lugar en la Sala de las Tortugas. La prensa local lo publicó el 14 de febrero del 88.

Todo esto fue relatado al Priore de Sant´Antonio, a quien también gustó la idea. Pero todo se cortó: no se volvió a hablar en Salamanca de ello.

En el Claustro de la Universidad de Salamanca (1988-2000).
En el Claustro de la Universidad de Salamanca (1988-2000).

La Bandiera de la Contrada della Tartuca ha lucido siempre en la Sala de las Tortugas durante su estancia en el Claustro de la Universidad (1988-2000), intercalando el año que estuvo en el Salón Rectoral de la Casa-Museo Unamuno (1989) y, desde 2000, en el sótano de la Facultad de Ciencias

¿Os imagináis la Plaza Mayor con una competición ecuestre, llena de colorido folclórico, luchando por una Bandera o Pendón, entre nuestra ciudad y Siena? Y si prosperase la idea, ¿por qué no soñar con algún charro en la Piazza del Monte?

¡Qué renombre para Salamanca! ¿Que qué podemos ofrecer? ¡Está clarísimo! ¡La belleza sin par de nuestra Plaza Mayor, marco idóneo para tal acontecimiento!

6 comentarios en «El Palio»

  1. Querido Emiliano,
    Qué divertido es leer tus escritos. Me ha pasado hoy y me pasa otras veces: Leo una frase y pienso algo que es precisamente lo que leo a continuación en la frase siguiente. Hoy iba por:

    -Cada Contrada tiene sus colores y su animal tótem. Una de ellas, la de la Tartuca, tiene su sede en el Oratorio di Sant´Antonio da Padova.

    Y he pensado :

    -Pero si en italiano tortuga no se dice Tartuca. ( Me he acordado de la fuente de las tartarughe, en Roma).

    Y acto seguido he leido:
    – Me llamó la atención el nombre de Tartuca, porque en italiano tortuga es tartaruga. Me explicó Francesco que es porque allí se habla sienés, un dialecto con no pocas palabras catalanas, dijo.

    Ahora ya entiendo el significado de la bandera que te preguntaba el otro día. Gracias por la explicación.

    Un abrazo y hasta pronto,

    Emilio

    Responder
    • Precisamente, querido casitocayo, fue tu pregunta del otro día la que me inspiró esta ocurrencia. La foto me la hicieron a continuación de nuestra conversación, el 28 de junio.
      Un abrazo.

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  2. Emiliano:
    Muy interesante y yo añadiría brillante tu propuesta de hermanar Salamanca y Siena. Lástima que una vez más el político de turno cumpliera con el viejo dicho ! Ni palabra mala, ni hecho bueno!
    Seguramente otros habrá que aprovechen tus ideas.
    Para añadir algún apunte curioso, te comento que la Plaza del Campo «No es de contorno irregular» , su configuración corresponde a un sector de un embudo que permite disponer del agua de escorrentía de los tejados vertientes y acumular un volumen significativo de agota en los algibes que administraba el ayuntamiento.
    En nuestra Plaza Mayor se disponía de pozos en algunas de las casas, alguno se conserva, visible en el actual D. Mauro, también se conserva otro pozo en el bar Gonzalo, sin duda habrá varios pozos más. Probablemente tú podrías justificar el por qué la geología local permitió disponer de recurso tan fundamental en Salamanca y como en Siena el ingenio humano también contribuyó a la dotación de agua a la población asentada en uno y otro lugar.
    Un abrazo
    Marcelinobds

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    • Querido amigo: en Salamanca los pozos estaban en muchas casas, en muchos casos aprovechando las antiguas «traídas» que tanto le gustaba explicar a don Ángel Cabo. Por ejemplo el Pozo Amarillo. Parece ser que funcionaban hasta tiempos relativamente recientes, unos 80 años. Su abandono y falta de limpieza de las paredes provocó un taponamiento de la porosidad rocosa y la subida del nivel freático en muchas zonas de la ciudad, con la consiguiente humedad en la parte baja de los edificios. A lo largo de mi vida en Salamanca he visto que hay una gran ignorancia sobre el funcionamiento del freático y cómo se pueden corregir fácilmente estas humedades, sin tanto procedimiento moderno y ultracaro. ¡Ya lo sabían hacer muy bien hace un siglo y más!
      Un fuerte abrazo, Marcelino

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  3. Como siempre ilustrado. El pozo amarillo es evidentemente el pozo más conocido de Salamanca y digno de saber algo sobre su existencia.
    Para mi que sí se buscarán encontraríamos pozos antiquísimos, en el cerro de San Vicente, en el de las catedrales y otros por zonas habitadas por tribus prerromanas y para abastecer a la Helmantica romana, sobre la que hay mucho por descubrir.
    Alguien, con certeza, difundirá tus crónicas y será motivó de mejoras urbanas.
    Marcelino

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