18 niños de origen saharaui han llegado en la mañana de este lunes a Salamanca para disfrutar de los privilegios que supone formar parte del programa ‘Vacaciones en paz’. Los pequeños pasarán dos meses de verano, hasta el 4 de septiembre, divirtiéndose junto a sus familias de acogida, conociendo España y, sobre todo, dándose unos buenos chapuzones en la piscina, que es lo que más les gusta de la experiencia. Además de someterse a completas revisiones médicas.
Ángeles Giménez, la coordinadora del programa ‘Vacaciones en paz’, ha explicado que “el objetivo del viaje es, primero, quitarles las temperaturas de los campamentos, que se esperan para el viernes 46 grados, y luego que pasen una revisión médica y que disfruten lo más posible”. Salamanca espera acoger a 25 niños saharauis para darles un verano mejor. Este lunes han llegado 18 de ellos y los restantes se esperan para el próximo sábado. A Castilla y León vienen un total de 250.
Estos niños huyen de un calor abrasador, la sequía y la falta de muchos de los recursos de los que aquí disponemos. Aprovechan estas vacaciones para hacerse revisiones médicas, comer, disfrutar de los baños en la piscina y conocer a nuevos amigos. Las familias de acogida, que este año suman un total de 22, deben tratarles con absoluta normalidad. Según ha explicado Ángeles Giménez, el niño debe estar “completamente integrado en la familia, como si fuera un niño más”.
A la alegría de los pequeños por pasar sus vacaciones de verano en España se le suma la emoción de las diversas familias salmantinas que esperan la llegada de su niño. Muchas repiten año tras año al descubrir la gratificante experiencia que supone y el inmenso cariño que sienten hacia ellos.
Una hermanita
Atraída por estas emocionantes historias que cuentan quienes han participado en el programa, Lorena García se ha animado este año a recibir a su primera niña saharaui en su hogar. “Me enteré por una compañera de trabajo que traía todos los años a dos niños y me llamó la atención, y este año nos hemos animado,” ha manifestado. “Pasará el verano con nosotros en el pueblo, en Alicante, que vea la playita…”
Hannah, que así es como se llama la niña que esperan, no solo tendrá la suerte de ver el mar, sino que será la compañera de juegos de Alma, la hija de Lorena García. “Me gusta mucho tener una hermanita porque así tengo a alguien con quien jugar en casa en las vacaciones”, ha afirmado la pequeña Alma, “le voy a decir hola, le voy a dar una muñequita que le he traído y cuando vayamos a casa le voy a dejar todos mis juguetes”.
Cuando al fin llegó el autobús con los 18 niños, todo fueron besos, abrazos, sorpresas, sonrisas y alguna que otra lágrima de felicidad. A los niños les esperan dos meses de vivir experiencias nuevas y a las familias la oportunidad de darle todo lo que tienen a alguien que verdaderamente lo necesita.
Texto y fotos: Paula Castro Morán