El ingeniero vallisoletano Pablo Giménez Olavarría ha presentado este miércoles ‘Naturaleza Luz’ en la Sala de Exposiciones La Salina, donde permanecerá hasta el 31 de julio. La muestra está compuesta por 55 obras, todas ellas pintadas en el último año, que irradian frescura y paz.
Todos los cuadros de esta exposición tienen un elemento en común: una técnica personal que, según afirma Pablo, alcanzó por casualidad en un intento de huir del dibujo y de la forma. “Me interesaba centrarme en la luz y en el color, y así empecé a pintar con manchas, salpicando el cuadro sin tocarlo”. Y es ese interés el que obliga a Pablo a pintar la mayoría de sus cuadros en una única sesión, de forma rápida y explosiva, para inmortalizar una luz determinada.
La obra de Pablo está muy vinculada al conocimiento y a la intuición, tal como afirmaba eldiputadoprovincial de Cultura al inaugurar la exposición. Sin embargo, Pablo reconoce que su pretensión no es otra que pintar lo que siente y que esos sentimientos trasluzcan en su obra para que quien lo vea pueda disfrutar e intuir lo que sentiría si se encontrara en un paisaje como ese.
En cuanto a la elección de los escenarios, considera que no es tan importante buscar el sitio perfecto sino lo que tienes cerca y conoces bien. “Yo me siento más a gusto en el Campo Grande que está al lado de mi casa que pintando en los Jardines de Versalles”.
“Naturaleza Luz” se caracteriza por la verticalidad y refleja el dominio del color y las texturas de su autor. Sus paisajes evocan los sentidos y transportan a un universo único, que cobra realidad conforme el observador se aleja del cuadro y lo admira desde la distancia, donde las manchas componen formas definidas y paisajes bucólicos, algunos vivos y otros más oscuros y enigmáticos.
Texto y fotos: Ana Marcos
