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Federico Martín: “La enseñanza concertada roza la malversación de caudales públicos”

Federico Martín, nuevo presidente de CSI-F Salamanca.
  • El nuevo presidente de CSI-F Salamanca hace un duro análisis de la realidad laboral y de la calidad de los servicios públicos
  • Afirma que la plantilla de docentes se ha reducido en 900 profesores con los recortes

 

En un momento en el que la gestión de servicios públicos se ha desprestigiado debido a los recortes económicos impuestos por la crisis, o en el que cada vez más personas ven en el funcionariado una opción de estabilidad frente al caos de la pérdida masiva de empleo y la precariedad de los salarios, hablamos con Federico Martín, nuevo presidente de CSI-F Salamanca, para que nos haga un análisis de la situación.

Federico Martín nos explica cómo está la situación laboral de los empleados públicos, por qué no tienen tantas ventajas como el resto de los trabajadores creen, y cómo está la situación actual de la educación y la sanidad en Salamanca, haciendo hincapié en que la privatización no solo no está beneficiando al Estado, sino todo lo contrario.

¿Cómo se ha encontrado el sindicato a su llegada al cargo?

La parte interna muy bien. CSI-F está en un proceso de renovación dirigido por nuestros órganos nacionales. En el ámbito provincial, perfecto, porque yo ya formaba parte del anterior equipo y conozco bien cómo está el sindicato.

CSI-F en Salamanca ha subido mucho y ha reclamado su espacio. Representamos a la mayoría de los trabadores de la Junta de Castilla y León, tenemos una implantación creciente en empresa privada y somos, probablemente, el único sindicato independiente que representa a todos los sectores.

Tenemos la paradoja de que, en este momento que se han perdido muchas condiciones laborales, que el empleo se ha precarizado y que el trabajo es cada vez más inestable, es cuando más falta hacemos los sindicatos y es cuando menos prestigio social tenemos.

¿Cuáles van a ser sus iniciativas?

Yo planteé cuatro líneas de trabajo fundamentales. En lo interno, coordinar lo mejor posible el trabajo de todas las estructuras del sindicato para representar mejor a los trabajadores. Nosotros tenemos vocación de ser el sindicato cercano al trabajador, que el trabajador nos sienta como ese compañero que le ayuda con sus problemas laborales. Para eso intentaremos mejorar la efectividad de nuestros recursos humanos.

El segundo punto, además de coordinar CSI-F Salamanca, pretendemos tener coordinación con nuestros órganos autonómicos y nacionales para hacer que los esfuerzos que se hacen lleguen a Salamanca.

En lo que es el trabajador, pretendemos hacer más grande nuestra masa social, representar a más trabajadores. Para eso necesitamos que la afiliación aumente. Aunque nuestro número de afiliados es considerable, en estos momentos estamos en unos 2.200, queremos aumentar esa masa de afiliados porque creemos que podemos hacer algo por ellos. Y aumentar nuestra presencia en la sociedad salmantina, ofreciendo a todos los sectores la posibilidad de contar con CSI-F, con las opiniones de los trabajadores, con nuestra organización como una más en cualquier foro…

¿Representan a los funcionarios de todos los sectores donde hay empleados públicos?

No solo. Es un sindicato que tiene vocación de estar presente en todos los estamentos laborales. Fundamentalmente nos hemos nutrido de empleados públicos, pero en los últimos años hemos ido ampliando y diversificando nuestra base social y en este momento tenemos presencia en muchas empresas privadas. Cualquier trabajador que quiera acercarse a CSI-F, puede hacerlo.

Ahora que están entrando en la empresa privada y teniendo en cuanta a los otros sindicatos que hay, ¿cree que hay hueco suficiente?

Sin ninguna duda. Lo que hasta ahora se llamaban sindicatos de clase han quedado muy tocados por la crisis por un lado por la falta de independencia y, por otro lado, falta de transparencia ante el ciudadano. Nosotros estamos ofreciendo algo que no ofrece nadie más.

CSI-F quiere ser un sindicato transparente, limpio, cercano. Empezamos siendo claros en cómo nos financiamos. Frente a CCOO o UGT, en los que cada poco tiempo salta un escándalo de financiación, nuestras cuentas son claras, limpias, directas y visibles para cualquier ciudadano.

Nuestra independencia está fuera de toda duda. En nuestras siglas aparece la palabra “independiente” y tenemos a gala el serlo. No pretendemos ser un sindicato que represente solo a un sector de la sociedad, nosotros queremos representar a toda y para eso hay que ser absolutamente independiente de cualquier partido político. Tenemos un código ético en el que cualquier cargo público ha de dejar el sindicato, por ejemplo.

¿Ha llegado el momento de que a los funcionarios se les devuelvan todos los derechos que les fueron sustraídos debido a la crisis?

Estamos trabajando para que se produzca. A nivel nacional ya hemos tenido reuniones con todos los partidos políticos para intentar que entiendan que tienen que abordar con urgencia la situación de los empleados públicos.

Lo primero que CSI-F ha hecho es demandar que se reviertan los recortes que han hecho que nuestros servicios públicos empeoren. No por los empleados públicos en sí, sino por la sociedad. Quién sufre realmente los recortes es el ciudadano. Nuestro interés es que el ciudadano reciba un servicio público de calidad y, evidentemente, que el trabajador público tenga unas condiciones de trabajo en las que pueda desarrollar su trabajo como lo quiere hacer.

La mayor tragedia para un empleado público concienciado con su tarea es no poder dar el servicio que se quiere dar. Cuando hablamos de empleados públicos hay estereotipos que hay que romper. Empleado público es un médico, un ingeniero agrónomo, un maestro… Es gente a la que le gusta su trabajo y que, además, quiere hacerlo bien.

Y en cuanto a las condiciones laborales, ¿no son los funcionarios quienes han tenido mejores condiciones que el resto de trabajadores durante la crisis?

Hace quince años el empleado público era el pobre de la sociedad. Mis alumnos dejaban el instituto con 16 años y te decían “si yo voy a ganar más dinero que tú poniendo yesos”, “yo voy a ganar más que tú en la explotación ganadera de mi padre”, y lo peor es que era verdad, que el sueldo de los empleados públicos iba perdiendo poder adquisitivo mientras que los sueldos del común de la sociedad iban ganándolo.

¿Qué sucede con la crisis? Que a nosotros nos quitan un 5%, seguimos perdiendo poder adquisitivo, y nos quitan una paga. Es verdad que mantenemos nuestra estabilidad, garantía de que, si te sabes administrar, llegas a fin de mes. En cualquier empresa tú te promocionas laboral y económicamente. El funcionario no. Por tanto, durante mucho tiempo nosotros mantuvimos estabilidad, no hemos tenido ninguna ventaja adicional, todo lo contrario, se nos ha recortado dinero, se nos han aumentado horas, etc.

Nuestro trabajo tiene un reconocimiento económico muy por debajo del que tendría en el sector privado, lo que pasa es que sí es estable y esa estabilidad es valorable.

¿Teme que haya más recortes próximamente?

La respuesta rotunda es sí, el temor está. Es evidente que los datos económicos no son buenos y la situación de campaña electoral permanente que llevamos viviendo en el último año hace que se nos traslade una visión idílica de cómo es la economía española. Bruselas no deja de pedir más recortes y tememos que nuestros políticos no tengan capacidad para hacer que esos recortes vayan a donde tienen que ir.

Si en algún momento el Gobierno plantea empeorar las condiciones de los empleados públicos, nos va a encontrar de frente. Vamos a pelear con uñas y dientes porque ya han sufrido todo lo que tenían que sufrir.

Usted se dedica al ámbito de la educación. ¿Cómo está la situación educativa en Salamanca?

Si hablamos de cómo se educa en Salamanca, bien. Es una de las provincias que mejores resultados tiene. Pero si nos vamos a las condiciones laborales, hay que decir que hemos sufrido uno de los mayores recortes de nuestra comunidad.

La despoblación rural ha hecho que en Salamanca hayamos perdido muchos docentes. ¿El servicio está atendido? Sí. ¿Con la calidad que requeriría? No. La calidad educativa se está dejando sobre los hombros del docente.

Se ha reducido mucho el dinero que se destina al funcionamiento de los centros, se han reducido los horarios del profesorado para apoyos, atención individualizada, etc, y eso repercute en el alumno. No es lo mismo trabajar con 20 alumnos que con 30, no se puede atender las carencias que tiene un alumno de la misma manera si le puedes dedicar 10 minutos en el día que si le puedes dedicar 20.

Federico Martín, presidente de CSI-F Salamanca, en su deespacho.
Federico Martín, presidente de CSI-F Salamanca, en su deespacho.

¿Cuántos puestos de docentes se han suprimido?

En Castilla y León hablábamos de una pérdida de unos 3.000 puestos. La imposibilidad de reponer a los jubilados ha hecho que haya habido años en los que solo se ha repuesto un 30%, el 50%… Ahora dicen que podemos recuperar el 100%, pero lo que no recuperamos es lo que hemos ido dejando para atrás, que en Salamanca ciframos en 900.

Pero nuestro gran problema es si la necesidad educativa de la provincia es la que realmente se está atendiendo. Cada vez son más frecuentes los casos de alumnos que tienen hiperactividad, problemas sociales, trastornos de aprendizaje… Cuando tú dedicas a esos alumnos los recursos necesarios, cualquier alumno puede llegar a un nivel educativo aceptable, pero, si no, ese nivel educativo no se alcanza.

¿Qué porcentaje de interinidad hay ahora?

En torno al 20%. Nosotros habíamos conseguido, justo al inicio de la crisis, reducir la tasa de interinidad hasta un 6%. Es una tasa de interinidad insostenible porque implica que los alumnos cambian de profesor cada año y eso no es bueno para la estabilidad del sistema. Y se está dando una circunstancia que en Salamanca se da especialmente que es que los territorios alejados de la capital sufren un cambio continuo del profesorado porque los funcionarios que ya tienen su plaza definitiva tratan de ir más cerca de núcleos grandes de población.

Entonces, ¿la educación pública se está debilitando a favor de la concertada?

Sin ninguna duda.

La educación concertada en este país surge como una necesidad subsidiaria de la pública en la época del baby boom. En ese momento las administraciones públicas no tienen recursos suficientes para atender a todo el alumnado, entonces se opta por subvencionar colegios privados y eso acaba en los conciertos educativos, que se hacen para decir “como yo no puedo atender a todo esto que tengo aquí, atiéndelo tú provisionalmente y te pago”. Son, por tanto, una medida coyuntural que se ha ido convirtiendo en definitiva y que es injusta para el Estado.

El colegio concertado recibe prácticamente el mismo dinero que el público, pero no tiene las mismas obligaciones. Allí donde son rentables, con dinero público pagamos un colegio concertado y, donde no es rentable, con dinero público pagamos un colegio público. Con lo cual, el coste es mucho mayor. Seguir subvencionando la educación concertada es una irresponsabilidad económica que se ve aumentada cuando tienes centros públicos que no están al 100% y, al lado, estás pagando un colegio concertado en vez de rentabilizar tu dinero. Roza la malversación de caudales públicos.

Si yo dijese que en Castilla y León hay 7.000 empleados contratados a dedo y pagados con dinero público, todo el mundo se llevaría las manos a la cabeza. Bien, pues hay 7.000 profesores de la enseñanza concertada que se contratan a dedo con dinero de todos. CSI-F plantea que se haga con ellos un sistema para que puedan pasar a ser trabajadores de la administración pública y que la enseñanza concertada se vaya reduciendo. Si hay que reducir aulas que se reduzcan en la concertada, nunca en la pública.

Cambiando de tema. ¿En qué situación se encuentra el hospital de Salamanca?

Con muchas carencias. La oferta sanitaria en Castilla y León siempre fue buena, pero en los últimos años se ha deteriorado muchísimo por los mismos motivos que hemos analizado para educación. Se reduce personal, la posibilidad de acceso… Y llegamos a la situación en que una enfermera, que antes atendía a 20 personas, ahora tiene que atender a 30.

Y si esto es grave en los hospitales de las poblaciones grandes, lo es mucho más en los pequeños. La dispersión poblacional de Salamanca es muy grande y nos encontramos con una gran cantidad de pueblos que no tienen médico todos los días. Eso no nos lo podemos permitir, porque quienes habitan en zonas rurales no tienen menos derecho que los de la zona urbana.

Nos estamos encontrando con grandes problemas de atención, grandes listas de espera, con esperas para consultas, con esperas para pruebas… Que están empeorando una sanidad que era el orgullo de España y la envidia de todo nuestro entorno. Los gestores sanitarios, por lo menos en Salamanca, han dejado mucho que desear.

¿Y esta situación tiene arreglo?

Por supuesto. Hay que evitar por todos los medios que haya abusos con el dinero de todos, hay que hacer entender a las farmacéuticas o a las administradoras de material sanitario que, o bajan sus precios, o no se les va a comprar material.

En la época de bonanza todos nos hemos instalado en “compramos lo que sea que da igual”, pero no da igual. La sanidad tiene una capacidad de gestión muy grande y ha de mejorar su gestión de compras. Lo que estamos es trasladando dinero que es de todos a bolsillos privados. Si los políticos no son capaces de gestionar, dejen la gestión en manos de técnicos.

Es otra de las cosas que propugna CSI-F: basta de cargos, basta de asesores, basta de dedos, vayamos a que la gestión se ponga en manos de empleados públicos. No podemos permitirnos que en un ayuntamiento como el de Salamanca haya más asesores que técnicos, y esa falta de técnicos en los puestos altos de la Administración nos lleva a problemas de gestión. No ascienden los que más capacidad tienen, sino los que políticamente son más afines.

¿También se está desprestigiando la sanidad pública para justificar la privatización?

En alguna medida, sí. Hubo un evidente neoliberalismo salvaje, que ahora parece que está frenado, que propugnaba privatizar todo. Lo que nos ha demostrado es que los centros privatizados no solo no dan mejor servicio, sino que el servicio ha empeorado, y no solo no han mejorado los costes, sino que los han empeorado. Al Estado le cuesta más.

Texto y fotos: Paula Castro Morán

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5 comentarios en «Federico Martín: “La enseñanza concertada roza la malversación de caudales públicos”»

  1. No quiero insultar porque no mereces la pena soy persona vinculada a la educación pública y concertada ..lo q es una vergüenza es q haya aulas públicas abiertas con muy pocos niños y q en muchos casos cuando se consigue una plaza pública no se molesten en reciclarse …supongo que alguien como usted no llevará JAMÁS a un ser cercano a la concertada ni ha servicios privados creo q desde la parte q conozco y estoy metida q antes de abrir esa boca gaya q informarse y por lo q veo y conozco Usted está a años luz de informarse.. menos demagogia y más información..q así vamos con gente que habla sin saber…y q haya gente que le crea..en fin q pena

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