[dropcap type=»1″]A[/dropcap]ntonio Calama, alcalde accidental, fue el encargado de destapar la escultura dedicada a Maldonado. La talla realizada en mármol italiano pesa 300 kilos y mide un metro de altura. El día de la inauguración era domingo y la escultura estaba cubierta con un pendón morado de Castilla, rodeada de una banda con los colores nacionales. La inscripción elegida fue sencilla: Salamanca al Comunero Maldonado/1921. En la plaza se había instalado un arco triunfal con gallardetes, banderolas y el escudo de Castilla. La figura se instaló sobre un pedestal, obra del prestigioso arquitecto municipal Joaquín Secall.
El escultor estuvo presente en el acto de inauguración, y tuvo que escuchar al alcalde Calama alabar sus virtudes para esculpir con destreza las peculiaridades psicológicas del guerrero español. Terminó el acto con la actuación de la banda del Regimiento “La Victoria” que interpretó un variado programa de música española, sobre todo pasodobles y marchas militares.
Con el tiempo, la escultura fue trasladada a una discreta esquina de la plaza, enfrente de la casa de María la Brava. Ochenta años después, el Ayuntamiento reubicó la escultura en la plaza del Alto del Rollo.
La realidad, a veces, supera la ficción. Por casualidad Salamanca tiene un monumento erigido a un frenólogo o frenópata cordobés, desconocido para todos los salmantinos. La Frenología fue una teoría psicológica muy seguida a principios del siglo XX. El término fue acuñado por Gall y Spurzheim. Estos autores creían que las aptitudes y las funciones mentales del hombre se encontraban localizadas en zonas específicas del cerebro. Según sus estudios, el tamaño de un órgano no da la medida de su capacidad. Aseguraban que se pueden determinar las facultades y las características mentales de una persona observando las protuberancias de la superficie externa del cráneo. A esta observación clínica se la llamó craneología, y a su práctica craneoscopia. Los frenólogos eran los que practicaban la frenología; al médico especialista en enfermedades mentales se le conocía como frenópata, y se empleaba la palabra frenopatía para denominar la enfermedad mental.
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