Decenas de vehículos, coches y camiones de mediano y gran tonelaje, acudieron a recibir la bendición de su patrón, San Cristóbal
La avenida de la Merced la tomaron por unos minutos decenas de vehículos que circulaban a poca velocidad. El motivo: recibir la bendición de su patrón, San Cristóbal, de manos del obispo don Carlos.
Los claxon de los camiones de mediano y gran tonelaje rugían para que todos los salmantinos oyeran que los profesionales de la conducción, taxistas, camioneros, transportistas o comerciales, están de celebración.
A los que cada día viven pegados a un volante, se les unieron numerosos salmantinos que también recibieron las aguas venditas, desde coches clásicos a recién estrenados.