Desde el Sindicato Unificado de Policía -SUP- están perplejos. «Lo que no preveíamos es que la situación llegara a ser tan grave. Durante los meses de julio, agosto y septiembre, el número de patrullas que atenderán las llamadas de emergencia de los ciudadanos, mantendrán la Seguridad Ciudadana y se ocuparán de la prevención de los delitos serán insuficientes».
Esto en el mejor de los casos, ya que si un sólo funcionario sufriera una baja, le surgiera algún asunto familiar grave o cualquier otra circunstancia por la que no pudiera prestar servicio durante ese turno, «la situación sería totalmente insostenible para poder atender los requerimientos de los ciudadanos», advierten.
Tres causas son las que les han llevado a esta alarmante situación, la primera y más grave la disminución de efectivos policiales que se viene produciendo año tras año y que hace que «el número de agentes esté muy por debajo de lo aconsejable. A la vez que el nivel de alarma antiterrorista ha ido subiendo, recordar que en España nos encontramos actualmente en el nivel 4 de 5, el número de policías ha ido bajando, llegando a la inaceptable situación actual», explican.
La segunda el cambio de turno de trabajo que se abordó en el mes de abril y que el SUP ya advirtió que sería inviable y por último, «la pésima gestión de la Jefatura de la Plantilla, que desoyendo las recomendaciones de los Sindicatos, ha acabado de sumir la plantilla en el caos», matizan.
Todas estas circunstancias hacen que cada día resulte más difícil ofrecer un servicio de calidad a los ciudadanos y lo que a juicio del sindicato es peor, «que no se pueda garantizar la seguridad de los compañeros, ya que ante un suceso grave los efectivos no serían suficientes para intervenir con las mínimas condiciones de seguridad para el policía. Malamente podemos garantizar la seguridad de la ciudadanía, cuando no podemos garantizar la nuestra propia«, exponen.
Además, señalan que mientras están sumidos en este caos por falta de personal, «hemos de soportar el lastre que supone el servicio de vigilancia del edificio de la calle Santic Spíritus, un edificio que no presta ningún servicio a la ciudadanía, caro de mantener, prescindible totalmente y que de cerrarse, como ha pedido este sindicato en numerosas ocasiones, supondría un policía más por turno, que aunque pueda parecer poco, dadas las circunstancias sería un gran apoyo para el servicio de calle».
Desde el SUP no descartan, si la situación sigue empeorando, que alguno de los servicios que la Policía Nacional presta a los ciudadanos tenga que llegar a suprimirse o cuando menos reducirse drásticamente.
