Villoruela vive el día grande de sus fiestas

El Cristo de la Esperanza, en el inicio de la procesión.

El protagonismo de las fiestas de Villoruela recayó este sábado en los oficios religiosos, la misa con procesión en honor del Cristo de la Esperanza y de la Virgen del Carmen. Al término de la procesión tuvo lugar la rifa de los puestos para hacerse con uno de los cuatro puestos para procesionar ambas imágenes el próximo año, la llamada subasta de los celemines.

 

Un celemín era una cantidad de trigo que antaño se utilizaba como moneda de cambio llamada celemín. Hoy equivaldría a unos 26 céntimos de euro.

Parece que este año la devoción se ha cotizado más alto y se han pagado 300 celemines por cada uno de los dos banzos delanteros del Cristo de la Esperanza y por el trasero de la izquierda, y 200 por el derecho de atrás.

Por cada uno de los dos banzos delanteros de la Virgen del Carmen se han pagado 50 euros, mientras que por los de atrás, tradicionalmente peor cotizados (es menos visto el porteador) se pagaron 60 por el derecho y 90 por el izquierdo.

Pelota a mano

Por la tarde llegó el festival de pelota a mano y el encierro del toro del cajón antes de prolongar la jornada hasta bien entrada la madrugada con la verbena.

Este domingo habrá hinchables, la final de bolos y ya por la tarde el esperado II Gran Premio de Autos Locos, que tuvo gran aceptación el año pasado, el de su estreno. La merienda de carne de vaca y la discoteca móvil pondrán el colofón a las fiestas de la localidad, que siempre destacan por su hospitalidad.

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