Opinión

La máquina de etiquetar

 

[dropcap]E[/dropcap]l trasto en sí mismo es de muy sencillo funcionamiento. Existen desde la típica pistola que expide pegatinas naranjas con los precios, hasta sofisticados equipamientos industriales con tecnología láser y un complejo sistema de rodamientos. Sólo un habitante de Absurdiland podría llegar a preguntarse para qué sirve una máquina de etiquetar. ¡Pues para poner etiquetas melón! Una vez entendida esa básica asociación de ideas, no se plantearía jamás meter una moneda en la ranura de una máquina llamada tragaperras

 

El fin de las etiquetas no es otro que diferenciar lo semejante de lo distinto. Esto lo entendemos todos. Si dos botes de mermelada tienen la misma etiqueta, no cabrá duda de que el contenido es el mismo, la misma receta y el mismo origen. Ojo, tendrás que abrirlo y probarlo para conocer su sabor.

Es que somos muy de etiquetas tú y yo. Así nos facilitamos un poquito la existencia, le damos menos trabajo al cerebro. Si el envoltorio es negro, le otorgaremos ese punto de calidad que tienen las cosas que son etiqueta negra. Si el envase es verde, seguro que es sano ¿has notado el cambio de colores corporativos en esa famosísima cadena americana de comida rápida? Y esto sólo con dos colores…

Te invito a participar en un juego clásico para que pongas a prueba cómo de permeable eres y cómo respondes ante etiquetas del tipo fulanito es...

Fulanito A es de familia bien. Recibe una muy buena formación y se maneja en varios idiomas y en derecho. A cambio de dinero, es capaz de defender posiciones antagónicas. Es un rebelde, roba, mata. Es responsable de la muerte de su hijo.

Fulanito B es de una familia de clase media. Sufre malos tratos por parte de su padre. Es un brillante estudiante de primaria. Es amante de la pintura, la literatura y la historia. Tiene limitaciones físicas que le permiten quedar exento del servicio militar.

Fulanito C es un aplicado estudiante y alguien que ha hecho su camino profesional desde los cimientos. Intrépido deportista, hasta el punto de haber subido al Everest o el monte Olimpo. Sus conocidos dicen de él que es bastante rácano.

Fulanito D tiene una sólida formación universitaria. Obstinado revolucionario nacionalista hasta el punto de ser encarcelado varias veces. En contra del capitalismo y la tauromaquia.

Según las etiquetas que te he ido proponiendo, todas objetivas y perfectamente contrastables en Wikipedia… ¿Con quién te tomarías unas cañas? ¿A quién prefieres como cuñado? ¿Y cómo compañero de piso? ¿Darías un paseo por el monte con alguno de ellos? ¿A quién le solicitarías ayuda en caso de necesitar una mano? ¿Te sirve como modelo de alguno de ellos? ¿Alguien a quien no dirías ni hola?

¡¡¡Contéstate antes de ver la solución que tienes a continuación!!!

 

 

A: Rodrigo Díaz de Vivar. B: Adolf Hitler. C: Luís Bárcenas D: Mahatma Gandhi

Más información en: moveyourself-coaching.com

3 comentarios en «La máquina de etiquetar»

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