El Paraninfo de la Universidad de Salamanca ha acogido este jueves la ceremonia de entrega de los Premios Acceso 2016 concedidos a los 156 jóvenes que han sacado las notas más altas de la PAU en el distrito de la Usal. Estos estudiantes, a las puertas de convertirse en universitarios, han logrado una puntuación superior a 8.5 en la fase general realizada en el mes de junio.
Durante los pasados días 14, 15 y 16 de junio, 2.650 alumnos de bachillerato de Salamanca, Ávila y Zamora pasaron una de las pruebas educativas más duras de su carrera estudiantil, la Selectividad. Procedían de 81 centros educativos diferentes y todos aspiraban a hacerse un hueco en la formación universitaria para así alcanzar sus metas. En esa prueba de acceso a la universidad trabajaron 24 responsables y 116 correctores.
De todos aquellos estudiantes pre-universitarios, 156 jóvenes, procedentes de 59 centros educativos, consiguieron una nota superior a 8.5 en la fase general, algo que los situaba como merecedores de los tradicionales premios que la Universidad de Salamanca otorga a los mejores estudiantes, los Premios Acceso. No solo se llevarían un flamante diploma entregado en el mismísimo Paraninfo frente a las cámaras de televisión, sino que disfrutarían de un año de matrícula gratuita en la Usal.
El rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez, les ha dado la enhorabuena a los estudiantes y ha reconocido su esfuerzo por el cual han estado “sacrificando horas de sueño y ocio” para estudiar y aspirar a un futuro mejor.
Un futuro que, según el rector, tiene más tasas de empleabilidad y trabajos mejores a los que aspirar que quienes no realizan formación universitaria. También ha alabado la labor de las familias, “papel importante animando al estudio y calmando los nervios”.
Sin embargo, a pesar de toda esta parafernalia en la que se eleva a lo más alto el esfuerzo de los jóvenes, ellos afirmaban que “no es para tanto”. En palabras de Sara Velasco, quien ha sacado un 11.263 y es una futura enfermera, “repasar todo se hace más llevadero cuando lo llevas bien. El examen era como los otros años, se esperaba así”.
Lo que quieren ser
Y es que todos estos estudiantes llevan preparándose para esta prueba desde el inicio de segundo de bachillerato, momento en el cual sus profesores les empiezan a pasar exámenes de años anteriores para que vayan practicando. “No me ha costado”, nos contaba Alejandro Díez, un alumno de Maristas con una nota total de 12.623, “la gente desde fuera me dice que he estado estudiando mucho, pero luego, a la hora de hacer el examen, estaba tranquilo y no me costó mucho, la verdad”. Alejandro Díez tiene un sueño: irse a trabajar a la NASA, para lo cual se irá a Madrid el próximo curso a estudiar ingeniería aeroespacial en la Universidad Complutense, y afirma que “si no es ahí [la NASA], es a Toulouse”.
Se escuchan muchos deseos de hacer enfermería, medicina, alguna ingeniería… Pero los chicos con las notas más altas de la PAU no solo aspiran a carreras de ciencias. María Herrero, una alumna del García Bernalt con una nota de 9.6, tiene la meta de entrar en la Facultad de Derecho. “Estaba convencida desde hace muchos años y es lo que me gusta”, ha asegurado. Asegura que la fase general de la prueba le pareció “más fácil de lo que me esperaba” y que la única asignatura que se le atravesó fue el latín.
Jesús de Castro, un futuro estudiante de Derecho y ADE proveniente del Germán Sánchez Ruipérez de Peñaranda, ha sacado un 11.41 y, aunque parezca que le va a sobrar la nota para entrar en la carrera de sus sueños, no es así. “Ha subido mucho la nota de corte en Derecho y ADE”, explica, “está en un 11.2”. Jesús de Castro ha afirmado que estaba “un poco nervioso” antes del examen, “pero hay que estudiar y esforzarse”.
Texto y fotos: Paula Castro Morán