Por: Paula Hernández Alejandro
Cuántas vocaciones hay en Santiago Auserón (Zaragoza, 1954; desde 1993, también Juan Perro): el compositor, el cantante, el investigador, el agudo conferenciante, el escritor. El humanista creativo… El líder rockero de Radio Futura y el indagador de sones lejanos, el galardonado con los premios Max de las Artes Escénicas (2001) y Nacional de Músicas Actuales (2011) y el reconocido conversador de palabra clara. Ahora se ha embarcado, después del doctorado cum laude en Filosofía, en la búsqueda de las claves de la música en el pensamiento griego antiguo. Seguro que dará con ellas. Y en estos días, asimismo, lleva su “Vagamundo” sinfónico, su biografía musical, por medio mundo hispano. De gira. En concierto.
– “El filósofo de la música pop” (así le calificaron). ¿Se siente a gusto en esa definición?
– Me da igual. Las definiciones me las salto a la torera. Me interesa la música popular, es mi terreno de trabajo y mi oficio. Y soy estudiante. Me considero, más que filósofo, estudiante. Si quieres decir el estudiante de la filosofía de la música pop,… ya queda un poco largo. Ja, ja.
– Usted se considera un juglar moderno, según tenemos leído. Y, sin embargo, un día dijo: “Yo soy un cantante exmoderno”. ¿En qué quedamos: moderno o ex moderno?
– Soy más bien moderno en comparación con los juglares que recorrían los reinos medievales, tendiendo el oído hacia las noticias musicales que llegaban de Al-Andalus… Definitivamente exmoderno, en cambio, si hacemos referencia tan sólo a mi carrera discográfica, que empezó con un registro bastante frívolo titulado Música Moderna.
– Poesía y música. Mucho tienen en común. ¿Cuánto?
– El sonido. Al menos un cincuenta por ciento, o más. Las dos son hijas del sonido. Son las artes del sonido. Esto se olvida a menudo. El lenguaje y la música coinciden en el hecho de ser sonoros. Se alimentan de la movilidad, de la flexibilidad, de la velocidad del sonido. Y se oponen, en cierto sentido, a las artes de la luz, a las artes de la visión. Porque las artes plásticas adquieren una especie de fijeza aparente, se manifiestan a través de objetos muy permanentes, mientras que las artes sonoras se hacen con ondas efímeras. Sin embargo, a lo largo del tiempo las artes sonoras generan palabras, versos, discursos, formas musicales, formas melódicas que duran, a veces, más que las estatuas. Misteriosamente.
– ¿La música, como la luz, destruye las sombras?
– Es curioso que se pueda hablar de una especie de luz interior que nos llega a través del sonido –de las palabras o de la música–, porque el sonido es un fenómeno invisible. A través del aprendizaje heredado y de nuestra experiencia, le damos contenido a las palabras, asociamos los sonidos con paisajes imaginarios. En ese sentido, la música, que en el mundo exterior es sombra, se transforma en una especie de luz fugitiva dentro de nosotros.
– “La música española es africana”, ha dicho alguna vez. ¿Así, sin matices?
– No, no. Hay un componente africano en la música española. Ha existido presencia negra y, además, los moros trajeron a España una parte, integrada, del ritmo africano. En los califatos de Oriente, antes de llegar a Al Andalus, los árabes tenían muy evolucionado un canto clásico, y cuando llegaron a Andalucía traían el canto clásico con algo de rítmica negra. Y, además, cuando la trata de esclavos se orientó hacia el Atlántico y Portugal se quedó con el monopolio, una parte de esa trata pasó a Sevilla. Llegó a existir en la Andalucía occidental una notable trata de esclavos, hasta un diez por ciento de la población negra, a principios del XVII.
– ¿Aquí, en España, todavía se desprecia cuanto se ignora?
– Sí. En España,… Somos pueblos apasionados. Y eso está muy bien, porque tenemos energía en el corazón. Pero, normalmente, nos creemos que solo con la energía y la luz que nos alimenta ya somos los dueños del mundo. Y eso no es así. Despreciamos el conocimiento, despreciamos al otro, despreciamos al pueblo que tenemos al lado. Esto es una torpeza enorme. Cuando llegaron los romanos a la península decían: “Estos iberos son unos bárbaros, no saben federarse”. Tenemos que superar eso. Y eso está en vuestras manos, en las manos de las nuevas generaciones. Digamos que España tiene un problema grave, que no ha superado, y es la mezcla de ignorancia y arrogancia. Se puede ser un ignorante si eres humilde y lo reconoces y eres capaz de tener una ventanita abierta para aprender algo. Pero ser ignorante y a la vez arrogante, pensar que tienes el derecho a ser el amo y a mandar por derecho divino, porque tu mamá de pequeño te peinaba con la raya muy bien hecha, y ya te crees que puedes salir al mundo a mandar,… Ahí tenemos un problema. Cierto.
– ¿La música es grande y la política es pequeña?
– Ambas pueden ser grandes o míseras por motivos semejantes. La música se empequeñece cuando prima su lado mercantil. Lo que se oye en las radiofórmulas y en los concursos televisivos, por ejemplo, no es más que un soniquete autómata. La grandeza de la música, culta o popular, empieza cuando abre un espacio desconocido y te llama desde allí. La política, lo mismo: es grande cuando un colectivo reúne sus energías para abrir camino. Es mísera cuando el poder se usa en beneficio propio o de un bando solamente.
– Corrupción política, evasiones fiscales y otros latrocinios, explotación mediante el trabajo… ¿Esta es una sociedad desalmada?
– No resulta fácil evitar que unos pocos desalmados se apoderen del poder y del destino de otra gente, ni que los que soportan la dominación se sientan tentados de seguir el peor ejemplo. Es un problema por resolver desde el origen de las ciudades. Las religiones que absuelven o ratifican esa maldad tienen una grave responsabilidad. Nos quieren hacer creer que el ser humano no tiene arreglo, pero eso no es cierto. Si se educa a los chiquillos para vencer la codicia, para entender que el poder de hacer el mal es estúpido, tiene arreglo. Aristóteles decía que hay dos clases de personas: los que quieren poseer cosas y los que quieren a sus semejantes. Es una definición más clara que la de derechas e izquierdas.
– ¿Bienaventurados los pobres o malditos los ricos?
– A los pobres se les suele dar la bienaventuranza para que se contenten con un paraíso que es mera fantasía, mientras reyes y sacerdotes se enriquecen. Si los ricos han obtenido su riqueza –ellos o sus antepasados– por medio de la maldad y del abuso, pues sí, maldita sea. Si la han obtenido por medio del esfuerzo honesto, no hay por qué maldecirlos, que disfruten de sus bienes. Ahora bien, ciertos niveles de riqueza no es posible alcanzarlos honestamente, no nos engañemos.
– Se lo preguntamos al filósofo, entusiasta de los presocráticos… Imaginemos: ¿Qué dirían aquellos griegos de antaño de cosas como la prima de riesgo de la Eurozona?
– Que hemos olvidado el arte de las musas. “Os habéis olvidado del arte de las musas”. Antes las musas eran música y verbo. Y las matemáticas y la astronomía salieron de allí. Pero después todo ese conocimiento antiguo se redujo a la moneda, a una matemática aplicada al comercio y al beneficio del capital (del incremento del capital). Occidente está reduciendo una tradición de ciencia y de pensamiento, muy compleja y muy rica, que viene del Mediterráneo antiguo, a un pragmatismo. (Los protestantes en América han hecho una labor muy importante en este sentido, del pragmatismo monetario y mercantil). Entonces la reducción de la civilización de Occidente a esos términos puede llevar al planeta a la ruina.
– En España, ¿es cosa grave la apatía –que tal vez es una forma de huída– de los jóvenes?
– Pero la apatía no es de los jóvenes. Los jóvenes están apáticos porque no pueden enganchar con la sociedad. Porque no notan que su energía circule y afecte de inmediato a lo que ocurre en la vida. Porque no tienen un “imput” (vamos a hablar en términos modernos) para que se note que se hallan ahí. Están fuera del mercado laboral. Para empezar. Se les deja estudiar (ahora se quiere que de la manera más técnica y menos comprometida con la evolución del conocimiento). Los jóvenes españoles se tienen que apoderar del futuro de España. De cualquier ideología. Me da igual. Porque el resto de la sociedad está negándoselo. Esto se va a quedar en una gerontocracia,… llevándose el dinero a los paraísos fiscales.
– Jóvenes: ¿»Hace falta valor” para vivir sin esperanza?
– No se puede vivir sin esperanza. Ser joven es tener esperanza aunque el horizonte esté muy negro. Tampoco se puede vivir engañado. Las cosas están difíciles, imposibles para muchos jóvenes. Nadie ha pensado en ellos más que como consumidores. Hay que cambiar eso de inmediato. Hay que ser valientes, prudentes e inteligentes. Muchos jóvenes españoles están preparados.
[pull_quote_left]Yo me he apartado un poco de la fama[/pull_quote_left]
– ¿La Filosofía le hizo antimilitarista o ya venía de antes?
– La Filosofía ayuda a pensar en órdenes en los que no se tiene porqué creer, simplemente basados en el armamento, basados en la agresión y en la defensa. La Filosofía es como el sonido que se mueve por ondas, por campos magnéticos. Pero hay un orden en la naturaleza, existen órdenes variables, que no tienen que ser el orden militar.
– Y, cuando llega, ¿qué hacer con la fama, cómo sobrellevarla?
– Pues apartándose un poco. Yo me he apartado un poco. Cuando estábamos en plena vorágine con Radio Futura me pareció que ese no era buen negocio para mí. Yo me hice un cálculo. Dije: “Gano la cuarta parte, pero prefiero estar un poco más tranquilo”. Me equivoqué un poco en el cálculo, porque de la cuarta parte, nada.
– En todos los gobiernos y en todas las épocas ¿hay frikis?
– Sí. Yo creo que para dedicarse a la política hay que ser un poco monstruo.
– ¿Santiago Auserón ha ido alguna vez como “verso libre” por la vida?
– Pues sí, como verso libre y como verso suelto, huyendo de la medida y de la rima más obvias, siempre que puedo. Dejándome rimar y mesurar cuando la música es interesante.
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9 comentarios en «Santiago Auserón: “España tiene un problema grave, la mezcla de ignorancia y arrogancia”»
¡Dobles felicidades! Por ser su Santo y por pensar de ese modo, con lo que estoy totalmente de acuerdo.
Compañero, creo que en tus palabras hay mucha arrogancia. Aplícate tu propia teoría.
Pero no ignorancia, creo que se la puede permitir.
Siempe tuve la impresión de que éste gran artista tenia la cabeza muy bien amueblada. Y a las pruebas me remito. Mi completa admiración hacia Santiago Auseron; alias «Juan Perro».
Sí, claro…todo el mundo es ignorante y arrogante…. no como tú. El problema de todos los ********* es que dais por hecho que sólo vuestra razón es la correcta y única y cualquiera que piense diferente es un ignorante. Asquito de pseudointelectuales.
Si… el de arriba es un claro ejemplo de arrogancia. que lástima.
Me ha encantado la entevista. Tienes una nuevea fan!
Chapó a Santiago Auserón. Y aunque me caiga de todo… Todas esas personas que lo tildan de arrogante en los comentarios, y que no son capaces de ver la sabiduría de su pensamiento, creo que solo hacen más que engrandecer lo simple y claro de sus palabras. Aunque a lo mejor quizá el problema sea ese, la ignorancia a la que alude el artículo, y es que hay mucho ignorante que emite juicios sin siquiera leer, sin conocer a la persona, y prejuzgando por defecto en función de su preferencia política o religiosa.
Pero la poesía PUEDE EXISTIR sin sonido (sin resonar… p. e., meramente articulando las palabras… bisbiseando, o también, como escritura… La música, en cambio, necesita incondicionalmente la resonancia… es decir el sonido… Ahora bien, poesía (el habla) y música (el canto) tienen sus raíces en lo común-espiritual-humano… la razón, el logos…