[dropcap]B[/dropcap]Balones fuera que vamos ganando” es una expresión muy futbolística. Y es que el fútbol, te parezca bien o mal, trasciende de lo deportivo a lo cotidiano hasta el punto de ser capaz de condicionar humores y amores. Ejemplos varios. El sufridor fan incondicional a sus colores al que se le quita el apetito si los portadores de su escudo pierden. El baby boom que es capaz de generar un gol de un tipo pálido de Albacete (según qué fuentes confirman un pico del 45% en la natalidad del país 9 meses después de ganar el mundial de Sudáfrica).
De obligada mención por supuesto, la incidencia en lo económico que tiene el resultado de una competición en la ciudad o país en que se celebra. Mejor que Alemania elimine a Camerún y se dejen la pasta en bares y restaurantes. Estos teutones suelen andar bien…
Balones fuera decía. Aún teniendo dos pies izquierdos, de madera en ambos casos, con toda probabilidad te manejas con maestría en el noble arte de despejar el esférico.
– Pedrito, ¿Has hecho los deberes?
– No se lo va a creer seño, aunque María no me ayudó, conseguí hacerlos yo solito como un mozo pero Satán, mi Border Collie se los comió. Cuando intenté rehacerlos nos quedamos en casa sin luz porque hubo una avería en el alumbrado público de mi calle y…
Si el partido se juega sin público la normativa es clara. Será de obligada aplicación el artículo primero de la Ley de la botella: El que tira va a por ella. Pero como aquí, de ninguna manera estamos hablando de fútbol, siempre habrá espectadores listos para recoger la pelota. Un curiosísimo dato es que todos comparten el mismo nombre. Por increíble que parezca. La gente.
La gente es egoísta, la gente va a lo suyo (excepto yo, que voy a lo mío), a la gente le da igual todo. La gente ve la tele demasiado y se pasa las horas muertas enganchada al teléfono. La gente aparca donde le da la gana. La gente es de lo más impuntual, si puede robar robará y siempre trata de quedar por encima de los demás. A la gente no le importa que tengamos que madrugar o que nuestros biorritmos sean distintos porque nuestro horario es nocturno. La gente, si te despistas, se te cuela en la carnicería.
La gente de aquí, es mucho mejor que la gente de allí. Con quien tengo grandes o pequeños conflictos y disputas es con la gente de aquí, pero si los tuviera con la gente de allí a buen seguro serían peor.
La gente está perdiendo los valores y la gente joven más aún. La gente mayor no aguanta nada. La gente de hoy en día ya no es como antes. La gente es la leche. No te puedes fiar de la gente. ¿A mí? A mí, la gente no me engaña.
Ahora media vuelta en la toalla, por este lado ya estamos hechos.
Más información en: moveyourself-coaching.com