¿Cuándo estamos ‘Dale que te pego’?

[dropcap]S[/dropcap]on expresiones coloquiales que empleamos de manera automática en las conversaciones cotidianas. Emiliano Jiménez nos desvela en sus Dimes y Diretes el porqué de algunas de ellas.

Caen como chuzos de punta

Se dice esto cuando llueve mucho o cuando hay una serie ininterrumpida de acontecimientos catastróficos.

Todo el mundo piensa que alude a los «chuzos», palos con puntera o pincho de metal que se usaba como arma, y que era el instrumento típico de los serenos. Como hoy mucha gente no sabe qué función cumplían estos personajes, explicaré que eran los vigilantes nocturnos, que en las ciudades abrían las puertas de los edificios si se les requería para ello, al grito de «Serenooo». Se les solía dar una «propina». En los pueblos paseaban por la noche gritando la hora y el tiempo que hacía: «las dos y cuarto y lloviendo…», «las cuatro y sereno…», decían. De esta última expresión les vino el nombre.

Otra versión del chuzo se emplea para una herramienta gastronómica: la que pincha el «pincho» y la que usa el «pinche».

También se llamaban «chuzos» a los carámbanos de hielo, lo cual parece el origen más lógico de la frase.

Estar al quite

El porqué de este dicho hay que buscarlo en la fiesta de los toros. Los toreros tienen que estar muy atentos para que el compañero que ejecuta la lidia no tenga problemas con el toro, «quitándoselo» en caso de apuro. También se llama así cuando un diestro aparta al toro del caballo del picador.
De aquí viene el sinónimo de «estar atento», que también puede ser sustituido por «estar ojo avizor».

A la chita callando

Se usa para indicar que se hacen las cosas con mucho sigilo, con disimulo o en secreto.

Pero… ¿qué es, o mejor dicho, qué era la «chita»?

No. No es la mona de las películas de Tarzán. La chita era como llamaban a las tabas o astrágalos de la oveja u otros animales, con las que desde la remota antigüedad se jugaba en una especie de suerte o habilidad, algo así como los dados, pero más primitivo. Recuerdo que siendo niño nos entreteníamos con este ancestral pasatiempo. Si la taba se posaba de una forma o de otra se llamaba zurriago o rey, hoyo, tripa o panza y liso o verdugo.

Parece ser que también se llama chita a un palo puesto de pie, que da nombre al juego, en cuya punta se colocan monedas y se tiran tejos desde una distancia para derribarla. Hay diversas modalidades, que se juegan en muchos pueblos de España con variadas reglas y nombres.

Chita era un tipo de leopardo domesticado que los árabes, y luego los cristianos, empleaban para cazar o como animal de compañía. Es el zooprotagonista de aquellas películas «de romanos» o «de moros», figurando siempre al lado del trono del avieso mandamás o del diván de la bellísima pero pérfida princesa.

Todo eso está muy bien, pero la realidad es que se trata de una voz onomatopéyica: viene del «chissss» que se sisea cuando queremos que se guarde silencio, núcleo de las palabras chistar, chitón…

Dar un patatús

Es sinónimo de lipotimia, desmayo o mareo al recibir una impresión muy fuerte o por estar mal de los nervios.

También se emplea cuando alguien queda muy sorprendido por una noticia que le dan: «casi le da un patatús»

Es la monda

Se dice esto de alguien o de algo cuando es muy gracioso. También sustituyendo a «es el colmo».
Pero el origen de la frase es muy remoto y no tiene nada que ver con lo anterior. La monda era una ofrenda que se hacía en Roma, al llegar la primavera, a la diosa Ceres: «munda cereris». Como se pasó de lo uno a lo otro es lo que ignoro.

Estar dale que te pego

Se trata de una frase de variadas interpretaciones, pudiendo emplearse libremente con distinto significado.

Para mí, pretende decir que se está ensimismado con algo, sin hacer caso de otra cosa. Pero puede significar que se trabaja sin parar, insistir en algo hasta conseguirlo, «estar a lo suyo…», etc.