«Tenía un chicle en la boca y me atraganté con la saliva. Es como cuando se te va el agua por el otro lado, pero no arrancaba, me ahogaba y perdí el conocimiento hasta que dimos el golpetazo y se quitó todo». Así cuenta lo que sucedió el conductor del camión que este miércoles volcó en la autovía A-62 en el término de Villares, se saltó la mediana y acabó en el otro lado de la autovía.
«La vida dio que no venía nadie por el otro lado», explica el copiloto, que ratificaba la versión del conductor sobre cómo ocurrió el percance, aunque también se investiga si la causa del siniestro pudo ser una apnea, algo que descartan los implicados.
El conductor sufrió un leve rasguño en el cuello mientras que su compañero resultó ileso. Viendo el punto donde salió despedido el camión y dónde acabó y de qué manera, parece imposible que solo haya habido daños materiales.
La casualidad quiso que nadie circulara a esa hora (poco antes de las cinco de la tarde) en sentido Tordesillas, porque el camión, que circulaba en dirección Portugal procedente de Francia, chocó contra el quitamiedos del margen derecho de la vía, salió rebotado, cruzó la mediana desbocado y volcó en el carril izquierdo del otro lado de la autovía, sentido Tordesillas, una vez que lo frenó el quitamiedos de ese lado de la calzada.
La Guardia Civil aseguró la zona porque tras el siniestro el camión quedó en el badén de la mediana, invadiendo ligeramente el carril izquierdo en dirección a Tordesillas, por lo que cortó parcialmente el tráfico en ese tramo.
