La Asociación “Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio” ha solicitado reiteradamente la eliminación de barreras en una serie de calles de la ciudad histórica de Salamanca que son consideradas peatonales. Pero considera que las obras que se están haciendo se deben coordinar y aprovechar que se levantan para bajar bordrillos y soterrar cables o cambiar las tuberías, obras que a veces se realizan en la misma calle pero en momentos distintos.
Recientemente se ha unificado la superficie de parte de la Calle Cañizal, pero la asociación critica que no se han aprovechado esas obras para incorporar canalizaciones que puedan ser utilizadas por las compañías de electricidad y telecomunicaciones y así eliminar ese cableado.
Además, el nuevo adoquinado ha quedado sensiblemente elevado por lo que el agua de lluvia se dirige hacia las aceras y fachadas de piedra arenisca (a diferencia de las calles San Pablo, Palominos o el último tramo de Serranos, etc.), no se han dispuesto o modificado las alcantarillas y tampoco se prevé incorporar ningún elemento de mobiliario que, con dignidad, complete la imagen de esta calle.
Pero no sólo una parte de la Calle Cañizal es peatonal y tiene barreras arquitectónicas, también lo son las calles Cervantes, Rabanal, Carniceros, Tahonas Viejas, Silencio, San Vicente Ferrer, Plaza de Carvajal, Doyagüe, La Fe, Especias, Plaza de los Bandos y Escoto.
En las últimas semanas el Ayuntamiento de Salamanca también ha realizado obras en algunas de ellas, como las calles Tostado, San Vicente Ferrer, Doyagüe, Silencio y Cuesta de Carvajal con motivo de la renovación de tuberías para el suministro de agua.
Estas obras, pese a retirar una buena parte de la superficie, no se han aprovechado para eliminar la eliminación de barreras. «Además, la planificación de estas obras ha sido mejorable ya que durante el pasado puente festivo todas esas calles se encontraban completamente valladas, lo cual podría haber sido fácilmente solventable a fin de causar las menores molestias a vecinos y visitantes», indica.