El primer encierro de las fiestas del Toro de Vilvestre llenó la plaza de la localidad arribeña.
Lejos de la placidez de otras ediciones anteriores, en esta oportunidad los novillos y la vaca decidieron dar la nota y nada más entrar en torrente en la plaza de toros, se dieron la vuelta y salieron de nuevo a la calle.
Esa maniobra, que suele acarrear un riesgo muy elevado para los que se quedan en la calle y piensan que todo ha terminado ya, no produjo ningún incidente.
Luego fueron regresando al coso a cuentagotas y dos de ellos dieron muestra de su bravura acometiendo contra el tablado y los burladeros en busca de los que les citaban.
Una vez en el coso tampoco hubo manera de encerrarlos, porque entraban en toriles y salían, así una y otra vez, hasta que fueron guardándolos de uno en uno.
Al final, quedaba un novillo en la salida del encierro que al salir y encontrarse con las cabestros decidieron quedarse un rato a la sombra, pero en un arranque la res acometió a un mozo que pudo salir mal parado. El pinchazo leve que recibió fue lo menos que pudo pasarle cuando estuvo a merced del astado.