Opinión

Carne de cañón

[dropcap]E[/dropcap]stá claro que no todas las disciplinas de la medicina gozan de la misma popularidad. Mientras la cirugía y la cardiología acaparan la atención del público en general, otras (no menos importantes) se ven infravaloradas. Este es el caso de especialidades como rehabilitación o medicina preventiva. Suponen carne de cañón para la tijera de las políticas en sanidad.

Y es que, si sufres un infarto y no te atienden es políticamente incorrecto, mientras que si no te ponen una vacuna, o quedas anquilosado en una silla tras un accidente, parece que no se nota tanto.

La rehabilitación neurológica, que es el tema que más me atañe por mi profesión, es un campo de gran importancia que no suele recibir la atención que merece. Por poner un ejemplo: se han invertido millones en el desarrollo del tratamiento de la fase aguda del ictus, consiguiendo altas tasas de recuperación, algo que parecía imposible hace unos años. Pero, ¿Qué pasa con el paciente que no es subsidiario de estas terapias o en el que no resultan efectivas? Su  mejoría depende en gran medida del tratamiento rehabilitador. No sólo se trata de recuperar la movilidad perdida de un brazo o una pierna, sino de mejorar alteraciones del lenguaje, del equilibrio y otras funciones cognitivas más complejas que puedan verse afectadas.

Cada paciente es un caso diferente, y por lo tanto lo ideal sería que pudiera disponer de un tratamiento integral en función de sus necesidades específicas, atendiendo a sus dificultades de forma individualizada. Rehabilitadores, fisioterapeutas, logopedas, neuropsicólogos y demás profesionales deberían trabajar de forma coordinada. El cerebro tiene una gran plasticidad neuronal, y es posible recuperar en mayor o menor medida habilidades perdidas, pero necesita los estímulos adecuados.

Los médicos rehabilitadores y fisioterapeutas lo saben mejor que nadie, pero con la gran sobrecarga asistencial que sufren no dan abasto. Así que muchas veces la única opción para un tratamiento óptimo es la medicina privada, que tiene el gran problema de no estar al alcance de todos los bolsillos.

Alicia Alonso

Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública (ADSP)

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