La Feria de Día de Salamanca se inauguró este miércoles bajo un sol abrasador y 41 grados en el centro de la ciudad. A mediodía había más calor que clientes.
No es de extrañar que apenas hubiera feligreses de ronda a esas intempestivas y sofocantes horas, pero se había fijado la inauguracióna las 13 horas y no había quien parara en la calle. Ya se irán animando.
Este año hay 83 casetas (15 menos que en 2015) y 17 zonas (tres menos que el año pasado). Desaparece la zona y las casetas de Salesas, que se puso en marcha por primera vez el año pasado y no ha funcionado, y se reducen dos casetas en Carmelitas, otras dos en San Boal (las que había), dos en Agustinas, otras dos en Úrsulas y una en Dominicos.
Su horario de apertura es de 12 a 0.30 con la obligación de mantener abierto, al menos, entre las 12 y las 16 y entre las 19 y la hora de cierre, que las vísperas de festivos y festivos se amplía hasta la una de la madrugada, aunque la música hay que cortarla a medianoche.
Además, las casetas del casco histórico se han pintado de forma uniforme para no desentonar con el entorno.
Se ha reducido la oferta y se ha limitado la que puede dar cada caseta, que no puede superar los cinco pinchos distintos. Todos ellos serán supervisados para garantizar unos parámetros mínimos de calidad y asesorar a los profesionales para que mejoren, llegado el caso, su presentación, por ejemplo.
Tras cinco o seis años sin subir el precio, en la edición actual la caña y el pincho de feria costará 2,20 euros, veinte céntimos más.