[dropcap]C[/dropcap]oncluye esta serie de Dimes y Diretes que durante diez semanas, Emiliano Jiménez ha ido desentrañando. Ha explicado de dichos que se emplean actualmente y otros que ya están semiolvidados, pero que en su momento tuvieron su aquel.
Está el mundo lleno de bartolomicos
Frase usual en Salamanca durante los siglos XVI y XVII, aludiendo a los muchos antiguos estudiantes del Colegio Viejo de San Bartolomé, que salían de allí para ocupar puestos importantes del Gobierno, Iglesia, Derecho y Medicina
En Salamanca los dones, el toro de la Puente los quita y los pone
Alude a la veleidad de la suerte, que unas veces premia y otras castiga.
Coger al toro por los cuernos
Viene a decir que ante una situación difícil lo mejor que se puede hacer es afrontarla con decisión e ir directamente a resolverla.
Resulta evidente que nadie debe ponerse delante de un astado para cogerle por los cuernos, porque estos animalitos no son precisamente caracoles y te pueden empitonar. ¡Salvo que seas uno de los valientes forcados portugueses, claro! La frase, literalmente, se refiere a la mejor manera de arrastrarlo, que es atándolo por ahí.
Salvarse por los pelos
Quiere decir que se ha solucionado algo en el último momento; que si se hubiese tardado algún tiempo más no hubiese sido posible.
Tiene un origen muy peculiar. Cuando de su barco caía un marinero al agua y se estaba hundiendo, le cogían por los pelos y tiraban de él. Por eso era costumbre que se llevase largo el cabello. Dicen que la gente de mar no sabía nadar, pero yo no me lo creo. ¿Cómo que no, si habían nacido en la costa? ¿A qué jugaban siendo niños? Se debe referir a los salvamentos de aquellos que estaban agotados, a punto de ahogarse.
Camisa de 11 varas
Esta frase se aplica cuando alguien trata un asunto que no le corresponde, para el que no está preparado o que no le va a aportar ningún beneficio.
Su origen es muy remoto, medieval, y se relaciona con la ceremonia de adopción, costumbre que se daba en algunas regiones de Europa y que aún persiste en algunos lugares, dicen. Consistía en que el padre tenía que introducir al niño por la manga y sacarle por el cuello de una camisa grande, parodiando la gestación y parto de la criatura. A continuación un beso en la frente al nuevo hijo sellaba el compromiso.
La camisa, según eso, debía ser enorme. Si nos atenemos a la medida de una vara, podría ser de más de 9 m.
Cañiza de once varas
Esto, tan parecido a lo anterior, tiene un significado muy distinto. Parece ser que es de origen pastoril, y se decía en la provincia de Salamanca. La cañiza, o el cañizo, entre otras acepciones, es la cerca que se hacía con cañas y cuerdas para guardar por la noche a las ovejas. Las 11 varas aluden a la longitud de la cuerda cuando es escasa. Se expresa, al decir esto, que el espacio con una circunvalación tan reducida no permite moverse dentro si está ocupada por el ganado.
Si se aplica a otra frase no ganadera quiere decir que no tenemos argumentos suficientes para dar una respuesta satisfactoria.
Sándwich
Esta palabra, hoy tan usada, se introdujo por el conde de dicho nombre allá por el siglo XVIII. Era dicho lord un jugador empedernido, que discurrió esta forma de comer para no tener que interrumpir el juego. El hombre estaba tan orgulloso de su invento que incluso lo mencionó en su testamento como «uno de los grandes legados que daba a su país».
¿Qué hacemos, echamos sopas o comemos?
Se dice esto cuando no se sabe qué hacer; cuando hay una indecisión para seguir con lo que se está tratando y sobreviene un silencio.
Hay una frase similar: «Ni se muere padre, ni cenamos», menos conocida, para expresar lo mismo.
Quien siembra vientos recoge tempestades
Se suele decir también con «odios» en lugar de «vientos»; y «cosecha» por «recoge». Se trata de una frase bíblica, que viene a significar que no se debe hacer, hablar, adoctrinar, con malos ejemplos que después pueden tener funestas consecuencias. Similar por su contenido es «De aquellos polvos vinieron estos lodos». Ambas se dicen «a toro pasado», cuando ya se ven dichas consecuencias.
