Casualidades de la vida han querido que el mismo día que se conoce al galardonado con el Premio Nobel de Literatura, Bob Dylan, otro Premio Nobel, Dario Fo, muriera en Milán
Los Nobel se modernizan, o al menos, le ponen música. Es la primera vez que se otorga el galardón a un músico, bien es cierto que Bob Dylan es más poeta que músico y la gran mayoría de sus poemas son canciones, porque sólo ha editado dos libros, Tarántula, en 1971, un recopilatorio de escritos y dibujos, en 1973, y una autobiografía, en 2004, y los dos libros pasaron con más pena que gloria por los estantes de las librerías.
La Academia Sueca ha justificado el galardón por «haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción americana», anunció hoy la Academia sueca.
Dylan tiene una personalidad arrolladora y no suele prodigarse, pero seguro que se ha sorprendido al recibir la llamada, o quizá no, por lo impredecible de su comportamiento. Los que sin duda se han llevado las manos a la cabeza, a modo de Grito de Edvard Munch, son el gremio de los escritores, quizá en esta generalización se pueden salvar los poetas, al menos los no ortodoxos, porque es posible que lo consideren uno de ellos.
Paradojas de la vida, el mismo día que a Dylan le dan el Premio Nobel, muere Dario Fo, otro Premio Nobel de Literatura, aunque el dramaturgo italiano sí que tiene libros editados y con mucho éxito. No llenó estadios, pero sí que colgó el cartel de no hay entradas en los teatros de medio mundo.
Fo murió en su casa de Milán a los 90 años.