[dropcap]S[/dropcap]alamanca es una de las ciudades españolas más importantes en cuanto a patrimonio histórico cultural, a pesar de la pérdida de una parte muy importante de sus bienes por guerras, saqueos, incendios, intereses urbanísticos y desidia de las diferentes administraciones que tienen competencia sobre el patrimonio.
Mucho del patrimonio que se ha rescatado, conservado y restaurado ha sido gracias a la concienciación ciudadana de una parte importante de la sociedad salmantina y de la presión ejercida por asociaciones como Ciudadanos para la Defensa del Patrimonio, que gracias a su sensibilidad y conocimiento del patrimonio han conseguido, a través de la presión y denuncia, que no se cometieran parte de las barbaridades que se pretendía contra el patrimonio. Un claro ejemplo ha sido el protagonismo ejercido para evitar la constitución de un parking en la Plaza de los Bandos, entre otros desastres.
Aunque la Plaza de los Bandos se urbanizó en 1867 y un año después se procedió a su plantación del arbolado y la actual fuente, su entorno está conformado por un patrimonio histórico y artístico muy importante que no sólo recuerda episodios históricos de nuestra ciudad, sino de la historia de España, por lo que merece ser tratada con respeto y prudencia ante cualquier remodelación que se haga para que no impacte en el enclave histórico monumental. El patrimonio es signo de nuestra identidad y debe ser conservado como legado histórico de nuestra ciudad.
Pero esto parece que no lo tienen en cuenta nuestras autoridades locales, que demuestran constantemente su desconocimiento en materia de protección y conservación del patrimonio.
[pull_quote_left]No puedo entender tanta irresponsabilidad, a no ser que sea una torpeza muy medida que pueda esconder intereses ocultos. [/pull_quote_left]Desde el año 1997 la Plaza de los Bandos viene siendo protagonista de las ocurrencias de diferentes corporaciones municipales gobernadas por el Partido Popular. Parece que de nuevo se han propuesto destrozar esta plaza de una forma u otra. No ha bastado que el anterior alcalde Julián Lanzarote del PP dilapidara más de medio millón de euros, que pagamos todos los salmantinos, por el descabellado proyecto de construcción de un parking en esta singular plaza, en contra de la mayoría de ciudadanos y que tuvo que retirar ante las numerosas movilizaciones ciudadanas y la amenaza del Comité de Patrimonio Mundial de sacar a Salamanca de la lista de Ciudades Patrimonio de la Humanidad.
Si bien el nuevo alcalde, también del PP, Alfonso Mañueco rechazó la idea de retomar el proyecto de construir un aparcamiento subterráneo, sorprende que ahora presente otro proyecto costosísimo de remodelación que no encaja en el entorno y que asciende a 1,2 millones de euros. De nuevo ha sido muy criticado por diferentes organizaciones y partidos de la oposición a los que no había informado.
Ante la disconformidad general el alcalde ha reconsiderado el proyecto y ha propuesto la creación de un grupo de trabajo representando a diferentes organismos y asociaciones, para hacer propuestas y consensuar un buen proyecto de renovación de la plaza de los Bandos. Pero, ¿por qué se cometen estas torpezas, no es mejor consultar antes, consensuar el proyecto y luego presentarlo?
No puedo entender tanta irresponsabilidad, a no ser que sea una torpeza muy medida que pueda esconder intereses ocultos. La mayoría de estas operaciones urbanísticas que se presentan como grandes reformas son aberraciones que desconfiguran la fisonomía y la estética patrimonial. Los proyectos no pueden ir acompañados de intereses especulativos que mercantilicen y exploten el espacio público y el patrimonio en beneficio privado cuando deberían ir guiados por el interés general, y una ciudad no puede ser la idea de un partido político sino la de todos los ciudadanos.
En Salamanca no hay verdadera voluntad política de potenciar el patrimonio. Hay una gran ausencia de políticas locales que fomenten la conservación, rehabilitación y restauración del patrimonio tanto tangible como intangible y el alcalde debería prestar más atención a la ciudad. Hay notorias carencias que necesitan urgentemente intervención y que no se hacen por desidia y falta de concienciación y responsabilidad política antes de dilapidar el dinero de esta manera.
— oOo —