[dropcap]T[/dropcap]oda mi admiración por el escritor y poeta Caballero Bonald, que hace unos días se asomó a La 2 de RTVE a través del programa Imprescindibles con motivo de su nonagésimo aniversario con el documental: Carta desde Argónida: el retrato del poeta José Manuel Caballero Bonald.
José Manuel sigue al pie de la palabra, trabajando en ella con la lucidez y expresividad con que lo ha venido haciendo a lo largo de más de sesenta años. Insumiso, crítico con el poder, maestro en el uso del idioma, socarrón, Caballero Bonald recibió en 2013 el Premio Cervantes y dice seguir escribiendo para no desfallecer o para no quedarte todo el tiempo mirando las musarañas.
El documental es una memoria por la existencia del escritor desde que en 1952 escribió su primer libro, Las adivinaciones. Sigue viviendo buena parte del año en la desembocadura del Guadalquivir, frente a Doñana: «Creo que eso me reconforta, es como un tónico para fortalecerme frente a lo que ocurre por ahí y que cada vez me gusta menos, todos esos desafueros a cargo de los fanáticos, los sumisos, los gregarios».
Como poeta de la conocida como Generación del 50, siempre consideró la poesía «una defensa contra las ofensas de la vida», que ha levantado su voz contra la injusticia o el abuso de poder, por eso hoy se siente «muy defraudado con todo lo que está ocurriendo» en España. «El PP sigue atascado en su desván ideológico y el último espectáculo del PSOE es deprimente. Los barones y baronesas que pululan por ahí me hacen temer lo peor. Todo está, además, como desencajado. Las sucias maniobras contra la izquierda son una prueba más de que la derecha detesta, no soporta la convivencia civilizada», argumenta.
Según Caballero, esta situación se debe a que hay aspectos del pasado sin resolver: «No hubo un tribunal que juzgara los crímenes del franquismo -explica-. Con la ley de amnistía de 1977 se dio un portazo a todo eso, se cerró en falso el asunto, no había culpables… Luego pasó lo que pasó. Decir que el franquismo reaparece de vez en cuando es como hablar de la soga en casa del ahorcado», subraya. En su discurso de agradecimiento del Cervantes, Caballero Bonald dijo que la poesía servía para corregir erratas de la historia. Hoy el autor de «Manual de infractores» dice que «algunas erratas ha corregido», pero que otras «son incorregibles».
Quienes admiramos y leemos a Caballero Bonald, tanto en prosa como en verso, tenemos buenas noticias de su pluma, como una muestra más de su vigor creativo. Seix Barral publicará en breve Examen de ingenuos, un libro en el que su autor hará semblanza y memoria de los escritores y artistas a los que trató a lo largo del pasado siglo: desde Baroja y Azorín a Cortázar o Juan Rulfo. Siento que en el documental emitido hace unos días la grabación musical impida en muchos momentos la perfecta escucha de los magníficos textos del poeta y escritor, leídos de un modo excelente por Juan Diego.
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