Alberto González, el coach de La Crónica de Salamanca, presenta libro, La Pensadería 29, es la dirección donde nos quiere hacer llegar para hacernos sentir estupendamente bien. Irónico, divertido, tremendo y puñetero, en algunas ocasiones, porque nos pone nuestra zona de cónfort patas arriba. Todo, con un único motivo: que nos conozcamos más.
Alberto González se ha ‘escondido’ en El Elefante Rosa. ¿Ha estado cómodo bajo ese seudónimo?
Muy cómodo. Es una figura simpática con al menos un par de buenos motivos que justifican que sea el titular. Es marca registrada del delirium tremens y también lo único que pensarás si te digo que no pienses en un elefante rosa. Es un juego, como lo que vengo compartiendo en las columnas, jugar con ideas. Jugar a las ideas y retorcerlas un poquito. Lo peor que puede suceder con esta práctica, es que no siempre surja un clic genial.
¿Y, cómo se encuentra ahora?
Feliz, motivado, afortunado, activo, satisfecho, orgulloso, agradecido… Llevo meses en los que prácticamente cada día, hago algo por primera vez. Muy refrescante.
Con la publicación de La Pensadería 29 se rompe el cascarón tras 61 semanas. Yo lo tengo claro, fue antes «Y un huevo» que la gallina.
La Pensadería 29, título de su libro, parece una dirección. ¿Dónde nos lleva?
Lo es. Es un lugar ficticio con las puertas abiertas de par en par donde puedes llegar a representarte en la mejor de tus dimensiones. Sensata y osada. Serena y combativa. La perspectiva es nuclear. Mi intención es que al otro lado de la puerta se encuentre una suerte de práctica en exactamente eso, la perspectiva.
No pretendo adoctrinar, es una invitación. Mi Pensadería 29 está en el último banco de la derecha de «La Isla» de Valbuena de Duero, al que lamentablemente le falta una tabla. Puede ser un sofá, una toalla en la playa o el sillín de una bicicleta.
Es un libro que podemos descargar, pero, ¿el lector tendrá la oportunidad de tenerlo entre sus manos?
Si. También se puede adquirir físicamente a través de la web y enseguida se irá viendo en librerías. Estamos trabajando en ello. Es una gran idea esa de regalar libros por Navidad por cierto. Y el diseño… Fantástico donde lo pongas.
¿Cuándo tiene previsto presentarlo en Salamanca?
Todos los días son buenos para estar en Salamanca. Espero que a principios de Diciembre. Quiero decir también que el libro merece más ser leído que presentado. La idea es que cada cual lo haga suyo, no quiero condicionar absolutamente nada aunque seguro que terminaré por hacerlo. Jugaremos con acuarelas y quizá bebamos vino.
¿Cuánto dedicamos al día a pensar?
Seguro que hay tantos estudios que se animen a justificar una cifra de minutos como los que tumbarán sin rubor esas afirmaciones. Yo creo que todo el tiempo que estamos despiertos. El resto, soñamos. ¿En qué pensamos? Pues depende del momento, podemos ir conduciendo y darle vueltas a la terrible situación de los refugiados sirios, al equilibrio de los astros, a cómo conquistar a nuestro amor, a la cesta de la compra o a la última afirmación de Belén Esteban. Yo también hablo de ella. Sí me parece indiscutible que lo ideal es pensar en llegar, lo digo de la manera más ambigua posible.
¿Qué nos perdemos por centrarnos en el qué dirán?
A nosotros. Al único ser vivo con el que tenemos asegurado acostarnos cada noche. Es un planteamiento que nos condena a la derrota. Y de lógica aceptación además. El sujeto del «qué dirán» es ellos, que nunca estarán porque entonces serían nosotros. Es fácil hacer equipos «nosotros contra ellos». Animales sociales, agrupación de semejantes… Además, «ellos», por lo general estarán más preocupados por lo suyo que por lo tuyo.
El «qué dirán» es la montaña, es desde donde rebota el eco de lo que en realidad pensamos de nosotros. Miedo.
Alberto. ¿Cuánto nos conocemos ? (En tantos por ciento)
Opinión, a nosotros mismos, el 100% sin duda. Sabemos perfectamente lo que nos gusta y lo que no. A veces por adelantado. Yo sabía que una aceituna recién cogida del olivo tiene un sabor terrible antes de probarla. Ante algo nuevo, reímos o vomitamos. No llega a ese nivel el caso que nos hacemos, pero es que cualquier cosa es difícil si no se sabe cómo. De pequeño me enseñaron a multiplicar, que hay un lugar en La Mancha, pero de «MI», solo me dijeron algo en música…
A los demás el 1% en caso de extrema generosidad. Somos capaces de construir magníficas interpretaciones y predicciones de comportamientos pasados y futuros con esa unidad. El 99% restante lo invertimos en tratar de convencer al cosmos, si hace falta, de que nuestro sistema operativo es el más adecuado. O el peor.
*** Puede descargarse La Pensadería 29, AQUÍ