Variedad, elegancia y exquisitez son algunos de los adjetivos que se le pueden atribuir a la degustación de pinchos elaborados por los alumnos de la Escuela de Hostelería de Santa Marta en la jornada micológica
Vamos de Setas, con este sugerente lema, la Escuela de Hostelería de Santa Marta, junto a la Diputación y la Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca organizaron un concurso de micogastronómico que ha tenido su punto álgido este miércoles en la sede de la escuela santamartina, donde sus profesores y alumnos de cocina y restauración han ofrecido a los comensales una variedad de pinchos cuyos calificativos serían variados, elegantes y exquisitos.
Mesas delicadamente vestidas para degustar ocho pinchos imaginados y creados por los profesores de la Escuela de Hostelería de Santa Marta y ejecutados, bajo su dirección, por los alumnos que cursan allí las clases de cocina.
Los comensales abrieron boca con una cuajada de foie con mermelada y bollo maimón, para continuar con una crema de setas de cardo con esencia de trufa y jamón ibérico.
Si esto ya de por sí era delicioso, el volován con champiñones silvestres no dejaba a nadie indiferente, al igual que las patatas con níscalos.
Y van cuatro. El quinto bocado que sirvieron los alumnos de los cursos de restauración fue un pastel de setas de cardo y perla de piquillo. Una pausa para brindar con los cavas y vinos con los que se regaron los aperitivos, justo el tiempo suficiente para que bandejas repletas de rebozado en tempura con mahonesa de níscalos comenzara a circular entre las mesas.
La séptima vianda fue una albóndigas de carrillera con anguila de monte y para rematar con un final con beso, nada mejor que un brownie y helado de trompeta de los muertos.
Si a estos manjares, se le añade una animada conversación, el resultado es un éxito de los alumnos de la Escuela de Hostelería de Santa Marta en su conjunto.