[dropcap type=»1″]D[/dropcap]entro del recinto universitario, en el que fuera colegio mayor San Bartolomé, hoy conocido como palacio de Anaya, se halla una magnífica escultura de Unamuno debida al cincel del escultor palentino Victorio Macho. Me contaba Pablo de Unamuno que su abuelo, desde que pusieron la escultura en el rellano de la escalera, no volvió a pasar por ella. El vaciado de los ojos le daba un cierto repelús. Sin embargo, he de confesar que a mí me parece una obra excepcional de un escultor fuera de serie. Cada vez que visito Toledo, hago un hueco para ver el museo de Victorio Macho en la que fuera su casa junto al Tajo, desde la que se ve una magnífica vista de los Cigarrales de la ciudad imperial.
Dejamos la Universidad para adentrarnos en el vecino barrio catedralicio. Fuera de los muros de las catedrales, junto a la impresionante torre, se encuentra una escultura, trasladada a este rincón desde la plaza de Anaya. Inaugurada en 1910, es una magnífica obra de Aniceto Mariñas. El padre Cámara fue un obispo muy querido por la sociedad salmantina. Llegó a la mitra charra siendo aún muy joven, en 1885, y rigió la sede episcopal hasta 1904. Agustino de pro, tenía un verbo y una pluma ágiles. Supo defender los postulados de la Iglesia desde posiciones muy conservadoras. Fue el promotor de los templos dedicados a San Juan de Sahagún en Salamanca y la basílica de Santa Teresa, inacabada, en Alba de Tormes. Pero el prelado tiene también su debe, mandar derribar las iglesias románicas de San Junto, San Mateo y Santa Eulalia.
Dos personalidades tan fuertes y divergentes en el pensar tenían que chocar y chocaron. Fueron famosas en su tiempo las polémicas entre los dos personajes. El padre Cámara desde su periódico, el Lábaro, atacaba a Unamuno y a Dorado Montero, incluso al líder de la CEDA Gil Robles, al que consideraba liberal. Esta escultura fue sufragada por suscripción popular. Pero así como muy pocos de nuestros visitantes se paran a contemplar al obispo agustino, nadie queda indiferente al conocer las biografías del penalista Pedro Dorado Montero y la del rector Miguel de Unamuno.
— oOo —
1 comentario en «El palacio de Anaya y el barrio catedralicio»
Visitantes con sentido de la realidad.