[dropcap]N[/dropcap]unca hubo unanimidad en que el modelo sanitario tuviera que ser un Servicio Nacional de Salud. Los intentos de cambiarlo han sido constantes. Desde 1982, la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública, ha tenido su razón de ser en vigilar y alertar sobre los ataques que desde su creación ha venido recibiendo.
Ahora le ha llegado el tsunami y es probable que se lo esté llevando por delante, definitivamente, ante nuestros ojos aunque no queramos verlo.
Fortísimos intereses empujan en la dirección de cambiar la sanidad como derecho a la sanidad como negocio, pero no todo puede ser atribuido a poderes “maléficos”. En los tiempos actuales, la ideología se sustituye por “yo consumo y me divierto, quiero recompensa inmediata y tengo sonrisa de selfie”.
El “viejo modelo” de sanidad pública que aún tenemos, se fundamenta en algo que tiene poco que ver con la cultura de consumo y recompensa inmediata: Se trata de un sistema solidario donde todos pagamos, tal vez toda la vida, para que quien enferme tenga acceso a los servicios sanitarios necesarios. No se puede esperar del sistema ventaja inmediata y personal a cambio de tus impuestos. Si ese es el objetivo, este modelo realmente no sirve.
Tal vez por esto, la gente no se inmuta mientras ve caer poco a poco en trozos, al gigante de la sanidad pública.
Y sin embargo, el modelo integrado, estructurado y 100% público, es el único que puede responder a las necesidades en salud de una sociedad en crisis, con cifras espeluznantes de pobreza infantil, de trabajadores pobres, de salarios medios que no dan para las necesidades elementales, de paro en cifras intolerables y de una demografía cada vez más envejecida y enferma. Mientras esto pasa, todo el mundo parece querer ser como Justin Bieber.
La Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Salamanca, debe seguir ahí, jugando su papel. Ahora se renueva otra vez, unos se alejan y otros toman la responsabilidad.
A lo largo de todos estos años, han pasado por ella muchas personas. Cada uno, durante el tiempo que permaneció, aportó su granito, su bolsa o su saco de arena. Todos valiosos.
Las personas pueden ir pasando pero la Asociación permanece porque es quizá más necesaria que nunca.
Concha Ledesma
Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública
