El Estado asumirá en junio de 2017 el rescate de las autopistas quebradas o en fase de liquidación, lo cual acarreará un coste para las arcas públicas de 5.700 millones de euros.
Se trata de las radiales de Madrid R-2, la R-3, la R-4 y la R-5, la Madrid-Toledo, la Ocaña-La Roda, la Cartagena-Vera y la M-12 Eje Aeropuerto, que une la capital con el aeropuerto de Barajas.
Todas ellas construidas en la época de Aznar, cuando se dijo a los ciudadanos que el sistema de adjudicar estos contratos para que las empresas construyeran infraestructuras y las explotaran serían muy beneficiosas para el Estado, porque venían a evitarle una inversión muy fuerte.
Pero parece que estos proyectos se llevaron a cabo sin estudios rigurosos de costes ni de tráfico e ingresos previstos, de modo que han resultado ser un fiasco que pagarán todos los españoles.
El fiasco
Como el contrato de concesión establecía la responsabilidad patrimonial por parte del Estado, ahora deberá asumir el coste del ‘rescate’ de su quiebra, que es lo que estaban esperando los fondos buitres que se las compraron a los bancos que a su vez se habían quedado con ellas después de que las empresas concesionarias no pudieran hacer frente a las deudas contraídas para construirlas.
Como siguen siendo un mal negocio, los fondos de inversión estaban esperando este momento para encasquetárselas al Estado apelando a esa cláusula de responsabilidad patrimonial y obtener un buen beneficio.
La patronal de grandes constructoras Seopan cifró en 5.500 millones la cifra del rescate y el Ministerio de Fomento en 3.500 millones. Otras fuentes elevan esa cantidad hasta los 5.700 millones de euros.
Ahora se pueden nacionalizar las autopistas y ponerlas bajo gestión pública o cerrarlas, opción esta última descartada por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, quien dijo en TVE que se va a «garantizar que los usuarios van a utilizar las vías permanentemente y que no va a haber un vacío que impida su gestión». O sea, que al final el Estado asumirá su coste inflado y su gestión, dejándolas como autovías gratis o cobrando peaje a los usuarios (que pagarían dos veces la infraestructura) para ver si así recupera parte del coste del rescate a muy largo plazo o nunca.
1 comentario en «El Estado se traga el rescate de las autopistas quebradas»
Es estado no se traga nada, nos lo comemos nosotros con patatas a ver si se lo aclaramos a la gente que se piensa que el estado es un ente maravilloso. Basta ya de pardillos.