[dropcap]N[/dropcap]o uno. Muchos martes. Solo es martes. No tiene nada de malo. Yo nací uno y nada que objetar. Ojo con enfadarse con él. Si se te calientan los dedos, las teclas de piano darán paso a las QWERT. La ira es como el Alzheimer. Anula los recuerdos e impide crear otros nuevos. Solo es martes. Como éste, otros 51 cada año. Y todos los años igual. Al comienzo fresquitos, irán ganando poco a poco una temperatura que hacia el final, también poco a poco, terminarán por perder. Perfil del sombrero o la boa de El Principito. Invertidos si vives boca abajo.
52 días cada año para honrar al guerrero de la armadura y el yelmo encrestado, al hijo de una flor y una reina. Al amante del caprichoso astro que puedes ver por la mañana o por la noche, pero rara vez ambas en un mismo día. ¿Dije 52? Permíteme corregir. 79. Marzo entero también es martes. 79 días para guerrear entonces. De intrepidez, de ciega temeridad, de valor. De proteger lo físico, la tierra, y el espíritu de los granos. La primavera.
Dicen que los días tienen su color característico. Al martes le correspondería, principalmente, el rojo. Le va fenomenal. El rojo se asocia al fuego, a la sangre, a la fortaleza, a la valentía. También a la violencia, a la agresividad y a la prohibición, pero esto, Aquí, no se trabaja. No discrimina género ni sensación, marida con frías guerras y con ardientes pasiones.
El martes tiene el color de las más fuertes emociones, del arrojo, de la lucha, del instinto animal. En el antiguo imperio del amoR al revés, era exclusivo de los nobles y sus familias, un símbolo de riqueza, ya que solo podía conseguirse mediante preciados y raros tintes. Hasta hoy nos llegan esas costumbres. ¿De qué color imaginas el terciopelo del telón de un teatro? ¿De qué color esperas la guinda del pastel? ¿Con qué color se recomienda vestir a escondidas para cambiar de año? Color de martes. Conocerás azules vivos, verdes vivos o amarillos vivos pero nunca se acercarán a la temperatura que alcanza el rojo vivo.
Casi 80 días dedicados a Marte. Una quinta parte del total de una vida. Alguno caerá en 13 pero no es justificante de nada, no es excusa alegar sufrir de trezidavomartiofobia. Eso son supersticiones, fruslerías, no tiene fundamento racional ni nada que sumar o restar a la buena o mala suerte. Ni cenas de empresa que terminan en crucifixión. Ni polizones en el Valhallah. Ni cábalas, ni anticristos, ni Tarot.
Sin el rojo martes haría más frío, faltaría templanza a los blancos lunes, violetas miércoles, azules jueves, verdes viernes y negros sábados. Tampoco ayudarían los envidiosos domingos que, por mucho que se encarnen en los calendarios, ese no es su color. Deben conformarse con el insignificante color del oro.
Hay vida en martes. Por supuesto que sí David, estate tranquilo, hay vida en todos los Martes.
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