[dropcap]G[/dropcap]allegos de Argañan tiene en proyecto la restauración del retablo principal de su Iglesia. El retablo, en su parte superior, tiene la imagen de Santiago Apóstol. En la época de la repoblación eran gallegos los que llegaban a esta zona y quizá por este motivo, hay conchas en la propia arquitectura y retablo, en la hornacina de arriba está representado Santiago Apóstol sobre el caballo y con la espada.
Miguel García es el restaurador que está llevando a cabo la obra en el retablo y las actuaciones con las imágenes. García explica que el retablo mayor es tardo barroco, casi rococó, «calculo que es de 1730. Es bonito y curioso porque no se conservan muchos de esa tipología en el resto de parroquias». García cree que el motivo fue o bien porque desaparecieron en algún momento histórico, porque eran otras las necesidades o simplemente se tiraba, se desmontaba o se malvendía.
El proyecto de restauración está alentado por el párroco de Gallegos de Argañán, Roberto Vegas, un apasionado del arte, que es profesor de Historia del Arte en el seminario mayor de Ciudad Rodrigo. «Una de las inquietudes que tenía era restaurar el retablo mayor cuando entro en la parroquia, de eso hace 10 años y convenció a los vecinos para que aportaran dinero para llevarlo a cabo«, matiza Miguel García.
La restauración no es al uso, porque no es millonaria. «Contactaron conmigo a través de otros clientes. Hay que dar un poco la mano, por un importe inferior al que debería ser. Ellos han hecho un esfuerzo, hablo de los fieles que no han recibido ayudas del obispado, ni de la Junta, el propio pueblo ha ahorrado dinero en estos años para restaurar el retablo, por lo que por mi parte, que sea rentable mi trabajo sin abusar».
¿Qué han restaurado?
Hemos intervenido hasta donde llegábamos con una escalera, porque estamos esperando al andamio que se colocará después de Reyes, y hemos restaurado todas las esculturas que están en las tres hornacinas de abajo. La imagen de la Virgen, que está en el segundo cuerpo del retablo, San Blas y San Bernardino de Siena. Estas dos imágenes las hemos restaurado en el laboratorio en Salamanca. El lote también incluía una Santa Teresa y un Cristo.
Por otra parte, hemos descubriendo la parte baja del zócalo de la iglesia y aunque la tendencia hoy es a dejar descubiertas las piedras, los sillares, originariamente, estaban cubiertas, encalados por encima de las rocas. Al picarlo me he dado cuenta que los sillares, que por fuera son geométricos, por dentro son muy irregulares. Por lo que no es lógico que por dentro veas semejante tosco de pedrusco y que no vaya acorde con la decoración interior. En este caso, vamos a mantener el zócalo descubierto para que la humedad transpire y no suba.
Por curiosidad, al estar Gallegos de Argañán cerca de la frontera con Portugal. ¿Las tropas francesas no realizaron algún desaguisado en esa zona?
Sí. Es cierto que en esta iglesia estuvieron alojadas tropas francesas durante la independencia, entonces tiraron muchas de las piezas para hacer hogueras. Estamos intentando rehacer zonas que no se han conservado, porque tenemos la referencia de otras molduras que hay por simetría del retablo, por lo que estamos haciendo trabajos de carpintería con el retablo, de intervenciones anteriores. Y una vez que esté el andamio puesto, no puedes hacer.
¿Por qué merece la pena restaurar este retablo?
El primer motivo porque está implicado el pueblo dando donativos. Son mecenas. No es de hoy para mañana, es un proyecto de calidad. Ahora podemos hacer mejoras, siempre manteniendo los rigores de la restauración y que la intervención sea documentada y se haga acorde con lo que había. No vamos a inventarnos nada.
No van a hacer un ‘Ecce Homo’…
No, pero sería la única forma de salir en la prensa. (Risas).
Precisamente, tanto el obispo de Salamanca, Carlos López, como el de Ciudad Rodrigo, Raúl Bezosa abogan porque las restauraciones las realicen profesionales.
Las diócesis tienen un departamento de Patrimonio que está la obligación de velar por las obras de arte y «cuando son de valía tienen que ser testadas y valoradas por ellos», matiza el obispo de Salamanca.
Este verano un vecino de Peñaranda de Bracamonte decidió restaurar por su propia cuenta la talla del patrón del pueblo, San Miguel Arcángel, tal y como hizo Cecilia Giménez hace cuatro años en el municipio zaragozano con el Ecce Homo y con el mismo resultado. «Son obras patrimoniales de 2ª o 3ª categoría, que tienen un valor para los fieles y de hecho son muy celosos con ellos, pero no son bienes de interés patrimonial, tienen la importancia a nivel de devoción», matiza el obispo de Ciudad Rodrigo, Raúl Bezosa.