Una urgencia médica permitió descubrir un alarmante escape de monóxido de carbono en el edificio donde vivía la mujer que había reclamado la asistencia sanitaria por otros motivos.
Los hechos ocurrieron este lunes, a las 10.30 horas, en el número 21 de la calle Gómez Ulla, junto al parque Picasso.
Los médicos del centro de salud recibieron una llamada para atender una urgencia médica de una mujer que vive en el inmueble.
Al llegar al piso asistieron la mujer y percibieron un olor extraño. Como suelen llevar un medidor de emisiones dio positivo en monóxido de carbono, aunque esa no parecía ser la causa que motivó la indisposición de la paciente.
Cuando llegaron los bomberos detectaron el olor del humo que desprenden las calderas de carbón. Había humo pero también detectaron una alta concentración de monóxido de carbono, que no huele pero es el que puede matar a quienes lo inhalen.
Uno de los vecinos explicó que en otras ocasiones ya se había detectado el olor del humo de la caldera de carbón, que seguramente iría acompañado del monóxido de carbono y que podía haber ocasionado un incidente grave si alguien bajara al cuarto de calderas cuando más elevada era la concentración de este gas tóxico.
Los bomberos ventilaron el inmueble y aseguraron la zona. Ahora toca revisar la caldera y la chimenea.