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Un siglo formando a salmantinos

Alicia García Romano, alumna de las Siervas de San José, gana el concurso de Booktrailer: Iniciación a la lectura, de Castilla y León.

 

[dropcap]C[/dropcap]ien años. El colegio Siervas de San José lleva abierto un siglo. Durante estos años Salamanca ha cambiado mucho y el colegio ha caminado a la par que la sociedad, porque hay un eje de la congregación que no se puede cambiar: ir siempre con los rectos progresos de la época.

 

Jesús Málaga, seis alumnos de las Siervas de San José, Adela Cáceres y María Burrieza, Siervas de San José, y Maribel Oreja, directora del colegio en uno de los patios.
Jesús Málaga, seis alumnos de las Siervas de San José, Adela Cáceres y María Burrieza, Siervas de San José, y Maribel Oreja, directora del colegio en uno de los patios.

Hemos invitado para que nos hablen del colegio y de ese aniversario a seis alumnos, María, Elena, Ana, Mario, Santiago y Javier, de entre 8 y 14 años, y a María Burrieza y Adela Cáceres, Siervas de San José, Maribel Oreja, actual directora del colegio, y Jesús Málaga, antiguo alumno del parvulario de las Siervas.

Si hay palabras que repiten los alumnos cuando le preguntamos por su colegio es: compañerismo, amistad y buenos profesores. «He encontrado muchos amigos», dice María, de 8 años. De la misma opinión es Elena, de 14. «El colegio me lo ha dado todo, amigos, educación,…». Ana, de su misma edad, señala que los profesores los tratan muy bien. «Te ayudan en todo. Siempre están ahí para apoyarte».

Mario lleva seis años en el colegio y aquí ha encontrado a muchos amigos y buenos maestros. De la misma opinión son Santiago y Javier, ambos de 13 años. Santiago pertenece al MSJ -Movimiento Siervas de San José- y ha disfrutado mucho con las actividades que se organizan. «Lo recomiendo». Javier recuerda que cuando entró en 1ºde Primaria tenía un poco de miedo, porque sólo tenía una amiga, «pero después vi que todo el mundo me acogía muy bien. Lo recomiendo. Me ha dado grandes momentos con mis amigos y los profesores son geniales».

Los pilares de Salamanca

De seis alumnos que están en las aulas a uno que lo fue. Jesús Málaga estudió párvulos con las Siervas de San José, en la Casa de Santa Teresa, y además de antiguo alumno hemos recurrido a él porque es un entusiasta de la historia de la ciudad. Durante la conversación, Málaga señaló que Salamanca se asienta sobre cuatro vectores: Arquitectura, medicina, música y literatura y que el colegio de las Siervas de San José tiene tres de ellos.

El patio Renacentista con un pozo en medio.
El patio Renacentista con un pozo en medio.

Jesús. ¿Cuáles son?
La arquitectura, la medicina y la música. El edificio de este colegio es una prueba de esa belleza arquitectónica. No sólo por la galería de columnas de la plaza de San Román, que pertenecía a las Siervas hasta que el Ayuntamiento, siendo alcalde Pablo Heredia, lo anexionó a la plaza de San Román, sino por el patio Renacentista. El segundo, la medicina. Aquí se asentó la facultad de Medicina y el Hospital General. Desde el punto de vista de la medicina española esto es el Sancta Sanctorum. Y por último, la música.

María Burrieza interviene en este instante y comenta que el gran músico salmantino Bernardo García Bernalt tenía una hija Sierva de San José y «nos hizo el himno y muchas canciones. Daba clase de música en el colegio. Las Siervas de San José han tenido desde don Bernardo abuelo una cuidadísima educación musical».

La Escuela de Magisterio

Una de las aportaciones más significativas de las Siervas de San José en estos cien años fue la Escuela de Magisterio. Por sus aulas pasaron cientos de alumnas que se formaron para ser maestras y que han enseñado en toda España.

Durante esos años se entregaron 711 títulos de maestras y más de 40 títulos de maestras de párvulos, que dieron clase en escuelas de cortijos andaluces y pequeñas aldeas en Galicia. «Lo que ha aportado desde los inicios ha sido una preocupación extraordinaria por una educación de calidad», puntualiza María Burrieza.

Salamanca un siglo atrás

Jesús Málaga está analizando la historia desde finales del siglo XIX hasta la llegada de la Democracia. Reconoce que la Salamanca de hace 100 años era aterradora. «Moría más gente de la que nacía. Había 22.000 habitantes y unos 5.000 pobres de misericordia. Este colegio era un rayo de esperanza en el tema educativo. Las Siervas de San José vienen a suplir una laguna, sobre todo, en el tema de Educación femenina, porque en aquellos tiempos el hombre tenía alguna posibilidad, no muchas, pero la mujer era terrorífico, el analfabetismo femenino era aterrador».

La imagen de Santa Bonifacia, primera santa salmantina, presente en todo el colegio.
La imagen de Santa Bonifacia, primera santa salmantina, presente en todo el colegio.

Al igual que Málaga, Adela Cáceres ha estudiado la sociedad de aquella época y pone un dato sobre el analfabetismo femenino de la época. «Más del 80% en Salamanca. Por eso, Santa Bonifacia, que sabía leer y escribir, era un portento en el contexto».

Santa Bonifacia, la primera santa salmantina, es la fundadora de las Siervas de San José y María Burrieza cuenta de ella que acogiá a las niñas que venían de los pueblos. «Esas niñas no habían cubierto ninguna enseñanza y la Madre Bonifacia las enseñaba a leer y escribir y a manejar las cuentas. Y le enseñaba el oficio de la costura, para que pudieran manejarse».

Abrieron el nuevo colegio

En 1917, las Siervas de San José compraron el edificio que ocupan en la actualidad. «Hay una cosa muy bonita que he encontrado que relataban aquellas alumnas: Este caserón tan grande, destartalado, donde nos hemos sentido en familia, con tanto cariño». Es una frase que reúne todo, es grande y están en familia», señala Adela Cáceres.

El colegio Siervas de San José fue antiguo Hospital y se encuentra en la calle Marquesa de Almarza.
El colegio Siervas de San José fue antiguo Hospital y se encuentra en la calle Marquesa de Almarza.

Las Siervas de hace un siglo tuvieron que dejar el colegio que tenían en la calle Robles del Manzano porque se lo expropiaron para hacer la Gran Vía. «Este edificio estaba derruido y lo compraron. Se gastaron más en arreglarlo de lo que le costó. (Risas) Y sigue pasando. Mantenerlo es muy caro. (Más risas)».

Maribel Oreja es la actual directora y queremos conocer si continúa vigente el lema de filosofía de familia, cariño, educación,… «Sí. la base sí. Ha cambiado más la forma de enseñar que la enseñanza en sí misma. La tecnología y el método de cómo se enfrenta el profesor a los alumnos, sobre todo, ahora que estamos muy metidos en cambios metodológicos. Pero, lo que es la base de la actitud del profesor ante el alumno y la relación que se establecen son las mismas».

Lo más significativo, cuando hablas con antiguos es ese vínculo afectivo que se establece. Adela Cáceres lo tiene muy claro. «Es el tema de la familia».

Precisamente, como apunta María Burrieza, el eslogan del centenario que se ha elegido entre todos los alumnos es: ‘Cien años educando en familia’.

La matriz de la filosofía de la educación en las Siervas es que imitan la forma de educar de San José hacia Jesús. «En familia, en una familia de trabajadores. Educar y amar el trabajo y en la piedad profunda. Oración y trabajo, que se ha mantenido, aunque hay un bache muy grande en el Franquismo», explica Adela Cáceres. Burrieza puntualiza que fue porque había que incorporar obligatoriamente una serie de características que no iban con este espíritu.

Recuerdan que en vez de educar en el amor al trabajo, el cariño, a la cercanía, que tenía San José por su hijo todo «se transformó en patria, religión y cultura y con la patria dale que te pego. La bandera, cantar el cara al sol….»

El franquismo dejó de ser tan estricto en los años 50. «Yo hice aquí la carrera en los sesenta y ya había muy pocos vestigios del franquismo. Se fue desgranando», recuerda María Burrieza.

La Plaza de San Román.
La Plaza de San Román.

La Plaza de San Román

Al final de la dictadura, Pablo Heredia, último alcalde de la era Franquista, llegó a un acuerdo con las Siervas que benefició a todos y modernizó las instalaciones del colegio. Donde hoy está el pabellón nuevo, se encontraba el noviciado y estaba viejísimo. Por una parte, había que arreglar el colegio y les venía bien quitar eso y, por otro lado, al Ayuntamiento también le venía bien sacar fuera la galería. «Fue en tiempo de Sofía Valdivieso. En los años setenta», recuerda Adela Cáceres.

Se hizo una especie de trueque. El Ayuntamiento se comprometía a desmontar la galería y sacarla piedra a piedra. «Ese desmonte lo pagó el Ayuntamiento. Y cuando eso se hizo, les permitió hacer el pabellón. Allí estaba la facultad de Medicina, que nos cedió eso y el Torreón, con la condición de que tuviéramos ahí una escuela para niñas pobres, porque aquí en el barrio de San Román había niños muy pobres», relata.

El Torreón donde estaba el aula de anatomía cuando el colegio era un hospital y aquí se encontraba la Facultad de Medicina.
El Torreón donde estaba el aula de anatomía cuando el colegio era un hospital y aquí se encontraba la Facultad de Medicina.

Actualmente, en el Torreón está la sala de trabajo de los profesores, un aula que usan para dar clases y una tercera estancia que es de la comunidad de las Siervas de San José. Pero, antiguamente, como recuerda Jesús Málaga, era el secadero de los cadáveres. «Allí era donde se hacían las disecciones y era como la lección de anatomía de Rembrandt. Los alumnos se ponían alrededor y visualizaban», explica el exalcalde salmantino.

Cien años y los que quedan

Acabamos el repaso por estos cien años preguntándole a la actual directora qué espera de los años venideros. «Que se mantenga el espíritu que ha creado el colegio, pero al mismo tiempo que se siga actualizando y renovando. No nos anclemos en cosas que están pasadas de moda, que nos adaptemos a las necesidades de los niños tal cual vengan».

Adela Cáceres recuerda una máxima de la congregación: «Hay un eje que no se puede cambiar, ir siempre con los rectos progresos de la época».

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