[dropcap]C[/dropcap]on ciertas resonancias de Joaquín Costa, nuestro mejor regeneracionista, el pasado lunes 16 de enero pudimos escuchar al Prof. Jaime Lamo de Espinosa, en Barcelona, su presentación sobre el libro “El agua en el mundo – El mundo en el agua”, en edición bilingüe español-inglés, en el excelente auditorio de Foment, en un acto pratocinado por la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras en España, que tiene su sede en la ciudad condal, y también con el mecenazgo de Aguas de Barcelona.
A continuación transcribo el texto completo de mi intervención en ese acto, junto el Prof. Francesc Granell, con toda una serie de observaciones sobre el libro en cuestión, que tal vez sean de interés para los lectores de lacronicadesalmanca.com. Comienza la transcripción:
El nuevo libro del Prof. Jaime Lamo de Espinosa, sobre El agua en el mundo (edición de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, Barcelona), será objeto de atención, por sus contenidos, que son claros y cristalinos como el propio agua debe ser siempre; y también porque da contestación a una serie de problemas, que no podrían resolverse simplemente con aquel proverbio de “agua que no has de beber, déjala correr”.
En la obra que comentamos, y sobre la que hemos escuchado una disertación muy explícita del propio autor, concisa, y valiosa, diré que estamos ante un texto muy ilustrativo del agua como fuente de vida. Lo cual se constata, una vez más en nuestros días, por la búsqueda del líquido elemento en los exoplanetas, fuera de nuestro sistema solar. Fundamentalmente, a través del Observatorio Espacial Kepler, que ya lleva analizados más de tres mil de esos cuerpos siderales, donde todavía no ha podido confirmar la existencia del líquido elemento ninguno de ellos.
Lo cual nos plantea una especie de dilema científico, que podrá resolverse con el tiempo, eso está claro: cómo decidir entre la Ecuación de Drake, que se basa en las probabilidades de que hay millones de formas de vida en el universo, y la Paradoja de Fermi, cuando el célebre sabio decía aquello de: “¿Y dónde están esos hombrecillos verdes?”, reflexionando así acerca de si puede existir vida fuera de nuestro planeta azul, y si en el caso de que la haya será imposible conectar con ella por las inmensas distancias de años luz que nos separan.
En ese dilema, me sitúo en un punto intermedio, recordando las palabras del filósofo y gran artista Willian Blake, cuando decía que “todo lo que hoy existe y podemos ver, fue ideado con anterioridad; todo lo que hoy podamos imaginar, podrá ser realidad en el futuro”.
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Y volviendo ahora al libro del Prof. Lamo de Espinosa, después de la anterior referencia al agua como principio de toda vida, diré que la obra que nos ocupa, conecta con dos planteamientos muy recientes y del más alto valor. El primero de ellos, la Encíclica del Papa Francisco, titulada Alabado Seas, en la que hay una parte principal dedicada al agua, que todavía en las áreas menos desarrolladas, no se potabiliza para el consumo humano de unos setecientos millones de personas, lo que aún constituye un problema de salud realmente importante, a resolver en los próximos tiempos.
Y es en esa Summa Ecologica que es la Encíclica -lo digo por comparación con la Summa Teologica de Tomás de Aquino-, en la que el Sumo Pontífice plantea una política ecológica integral para mejorar las condiciones de vida humana, integrándonos en la necesidad de conservar el planeta lo mejor posible, y entre sus bienes, prioritariamente el agua. Y es aquí donde yo me pregunto si el propio Papa, al escribir el referido mensaje, sabía que la palabra Ecología es un neologismo de Ernst Haeckel, formulado en 1868 por el citado darwinista alemán, con las palabras griegas de oikos, casa, y logos, estudio: el estudio de la casa grande de la naturaleza.
El segundo texto fundamental con que se relaciona Jaime Lamo de Espinosa coetáneamente en su obra es con el Acuerdo de París, aprobado por aclamación el 12 de diciembre de 2015 como fundamento para una política del clima, a escala mundial, a fin de que la temperatura media de la Tierra no supere en más de dos grados la que era normal en la era preindustrial.
En ese sentido, Don Jaime Lamo de Espinosa entiende que el Acuerdo sobre el Clima constituye la base de que el Navío Espacial Tierra (Boulding dixit) pueda seguir su viaje sine die interespacial, con los ajustes energéticos en su interior; para que la creciente población viajera adopte nuevas pautas en relación con su vehículo cósmico, y siga su conocida rotación alrededor del sol indefinidamente, protegiendo los derechos de los futuros viajeros que son las generaciones venideras.
En tales condiciones, a este comentarista le parece enteramente lógico que dos entidades tan relevantes como la Real Academia y Agbar hayan querido apoyar la publicación a que nos referimos: porque es toda una declaración de principios operativos sobre qué debe hacerse en materia de agua tanto a escala universal como local.
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Por mi parte, tenía intención de que la última porción de mis observaciones al libro que nos ocupa fuera simplemente una serie de puntos de vista sobre cómo están actuando las ciudades inteligentes de nuevo diseño, desde la prevista en la Bahía de San Francisco, California, hasta la última en Mozambique. Pero una vez hecha esa referencia a las smart cities, que significan una visión avanzada del recurso agua para garantizar su disponibilidad con sistemas de conservación y reutilización, no querría dejar de presentar mis opiniones acerca de lo que he escuchado en el primer comentarista del libro de que tratamos, el Prof. Francesc Granell.
[pull_quote_left]La gestión pública del agua debe fundamentarse sólidamente no en dogmas, más o menos trasnochados; sino en un análisis de eficacia y eficiencia de servicios[/pull_quote_left]Sobre todo en lo que se refiere al papel del populismo en la importante actividad de distribución de agua para consumo humano en España, con planteamientos muy poco reflexivos, que pueden no haber alcanzado aún sus dimensiones más preocupantes. Pero que, en cualquier caso, ya dan para pensar que no estamos en la mejor senda de garantizar disponibilidades de agua de alta calidad y a precio conveniente en la España de hoy. Especialmente, porque si prosperan las pautas remunicipalizadoras, con visiones ideológicas, podríamos perder en calidad de servicios; al alterarse el actual estado de la distribución de agua, en general de muy buen nivel en el país.
Por ello mismo, hay que prevenir a los usuarios y consumidores de que en la fase actual de exacerbación de ese populismo, debemos reivindicar que la gestión pública del agua debe fundamentarse sólidamente no en dogmas, más o menos trasnochados; sino en un análisis de eficacia y eficiencia de servicios, una dirección en la cual se impone la racionalidad y la experiencia de los servicios prestados por gestoras privadas, que han respetado la soberanía pública municipal, y que se han sometido a regulaciones y supervisiones, con demostración de su eficacia (hacer las cosas) y eficiencia (hacerlas bien).
Sean mis últimas palabras para decir que el libro del Prof. Lamo de Espinosa va a hacer mucho bien entre nosotros, para que en el futuro nadie se deje llevar por cantos de sirenas populistas, que pretenden resolver los problemas más complejos con las soluciones más simples; desconociendo valores significativos, así como un repertorio de costes y calidades que se relegan por preferencias partidistas que no se corresponden con los intereses generales.
Creo sinceramente, como colofón, que hemos de estar orgullosos del trabajo del Prof. Lamo de Espinosa es claro y cristalino y nos lleva por un recorrido de conocimientos y experiencias. Y para que Shakespeare no se inquiete, déjenme decirles que la versión inglesa del libro es muy satisfactoria, por estar escrita en buenos términos literarios. Y por ello mismo, creo que debería citarse el nombre del traductor.
Señor Presidente de la Real Academia, Señor Presidente de Agbar, gracias por habernos ofrecido la ocasión de poder tratar con Vds. sobre el libro del Prof. Jaime Lamo de Espinosa, del que todos, seguro, vamos a extraer gran provecho.
Saludos a todos los presentes en este hermoso auditorio de Foment.
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Terminada la transcripción que anunciaba, no dejo de recomendarles el libro referido.
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