La crisis económica ha dejado secuelas en diversos sectores del país. Mientras en muchos negocios los precios han aumentado, haciendo inviable la adquisición de sus servicios para muchas familias, en otros ha sucedido de manera contraria. Uno de estos ejemplos es el coste de las estancias en hoteles. Mientras los viajantes se benefician de estos descuentos, los empresarios sufren por encontrar la rentabilidad. Estos precios, como explica Alain Saldaña, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca, “lejos de crecer, han decrecido de manera preocupante”.
Estos días se pueden encontrar habitaciones en un cuatro estrellas céntrico por 37 euros la noche, casi como si fuera un hostal, donde rondan entre 30 y 35 euros la noche, y un cinco estrellas gran lujo en plaza de España por 61 euros la noche. Precios tirados.
Alain Saldaña, propietario del Hotel Recoletos Coco en Salamanca, ha indicado que es alarmante la bajada de precios, equiparando el coste actual en un hotel de cuatro estrellas con el coste que tendría la misma estancia hace 20 años. Ante este panorama, el hostelero manifiesta que los empresarios están “intentando sobrevivir” y buscando maneras de rentabilizar el negocio a través de la promoción.
Este decrecimiento vertiginoso en los precios de las pernoctaciones comenzó a raíz de una creciente oferta hotelera en la ciudad de Salamanca, generando tal competencia que la rentabilidad se puso “en tela de juicio”, como explica Saldaña. Sin embargo, el empresario asegura que esta gran oferta “se lleva bien” y que “no es el caballo de batalla” del sector en este momento. La causa principal fue el efecto rebote de la recesión económica a nivel global, que afectó al nivel adquisitivo de todos los ciudadanos.
La forma de sobrevivir
Por suerte, el número de turistas en Salamanca ha crecido, aumentando el número de estancias en hoteles, por lo que esta alta ocupación compensa los bajos precios y hace posible la rentabilidad y la posibilidad de pagar las nóminas de los empleados y los costes en general.
Ante esta situación, los empresarios tomaron cartas en el asunto y comenzaron a buscar nuevos nichos de mercado y a invertir en promoción turística para incentivar la ocupación. Se ha comenzado a promocionar intensamente la provincia poniendo en valor los recursos patrimoniales que posee. Actualmente, los hosteleros pueden presumir de tener un 60% de ocupación media, tanto en la ciudad como en el Alfoz, que se sitúa por encima de la media de Castilla y León.
El sector hostelero es un sector “dinámico y vivo”, como indica Alain Saldaña, por lo que presenta unas perspectivas de futuro prometedoras. En 2017 se seguirá con esta línea de crecimiento en número de visitantes, lo que prevén que seguirá siendo así durante 2018 y 2019, ya que contarán con el plus de la celebración del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca que atraerá una gran actividad económica a la provincia.
Esta mejoría en el sector podrá hacer posible el deseo de los empresarios hoteleros, subir ligeramente los precios y darse un respiro. Además, después de varios años de preocupación por la situación económica, “la gente está deseosa de consumir ocio”, manifiesta el empresario, por lo que es comprensible que se detecte una mayor subida en el número de estancias durante los años venideros.
Texto: Paula Castro Morán
