[dropcap]E[/dropcap]sta semana estoy de aniversario. Hará exactamente un año de un algo con peso. Y la pasada quedó encargada tinta roja para el calendario del año que viene. En uno de esos algos, de verdad particular para mí, de entrega extrema exagerando solo lo justo, alguien me ofreció un genial “ya, muy bien todo aquello que vendes del pensar antes de hacer, pero a veces, no hay más opción que responder de manera inmediata, a veces no hay tiempo”. Jaque.
Suerte que cuando una partida de ajedrez termina, no hay porqué deshacerse ni de las piezas ni del tablero. Se puede jugar otra o simplemente guardarlo todo para mejor ocasión. Suerte también que no fue mate. Mueven blancas.
Es cierto. A veces, la respuesta que nos exige el cosmos o el vecino reclama inmediatez. Tan cierto, como que a veces podemos llegar a pensar que estamos ante un evento generado de manera espontánea, íbamos caminando tranquilamente por el campo, cuando de repente surgió un geiser o nos pilló un aguacero sin opción al abrigo.
Lo cierto es que ni geiseres ni tormentas trabajan la generación espontánea. Y que encontrártelas/les/los de forma repentina significa simplemente que acabas de encontrártelas/les/los. Un severo desconocimiento de meteorología no evita que las altas presiones, las isobaras y los flujos del viento se discutan entre sí hasta la explosión, el grito y la sangre. La hidrogeotermia (o algo así supongo que será) continuará con su performance sepas o no que esa tarde tiene función. Aunque al acercarnos casualmente al escenario no acertemos más que a decir “¡hala que chorrazo, es pura magia!”. Impresionante lo del geiser ¿verdad? Contenta estará la olla exprés que, orgullosa, luce la misma magia.
Explica también la profética costumbre de otorgar valor élfico a una estrella fugaz o la anécdota, que a buen seguro conoce quien ha estado cerca de algún niño saharaui acogido, de solucionar la sed en su casa con un grifo o dar luz a todo el campamento con un interruptor.
Es verdad. Aquel que valoró la existencia del ahoramismismo está en lo correcto en mi opinión. Es compatible con algo que también creo con firmeza. Con una jardinera de la mano (donde dije jardinera, digo Diego…), las probabilidades de que lo plantado nazca, son infinitamente mayores que a través de la oración o el responso. Probablemente minimizaría el peso de la decisión inmediata a tomar con un hierbajo seco. Quizá la cuestión sería entonces comer el fruto u oler la flor, o esperar unos días más. Quizá no habría porqué hacer, comprar, reclamar, reparar, decidir, romper, evitar, exigir, arrancar, corregir, juzgar, imponer, lamentar, absolutamente nada ahoramismo.
Sin ir más lejos, ahora mismo se está construyendo algo, estas construyendo algo, sobre lo que sin duda podrás afirmar dentro de un tiempo, tal día como hoy de hace exactamente… decidí, comencé, entendí, aprendí, conseguí, sentí, olí, escuché, vi, mordí…
Hidrogeotermia, meteorología, jardinera y tinta roja.
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