“La observación indica cómo está el paciente, la reflexión indica qué hay que hacer, la destreza práctica indica cómo hay que hacerlo” (Florence Nightingale)
[dropcap]P[/dropcap]ilar se jubila. Después de más de cuarenta años dedicados con pasión a su profesión, la enfermería, Pilar dejará de ir todas las mañanas al Hospital, mucho antes de la hora que fija su contrato. Pertenece a una generación de profesionales que iniciaron su carrera casi a la vez que se inauguró el Hospital Clínico y que hicieron de éste, con su esfuerzo y su ilusión, un Hospital modelo. Ahora no es lo mismo, el aumento de la demanda y los recortes en personal han hecho que su prestigio decaiga, aunque desde luego no hasta el punto que algunos denuncian. Afortunadamente aún quedan profesionales como Pilar que ha seguido al pie del cañón sabiendo muy bien cuáles son sus obligaciones y cumpliéndolas por encima de lo que de ella se esperaba, y así hasta el último día de su contrato. Ha sido un ejemplo.
En estos más de cuarenta años, Pilar ha ido adaptando su trabajo a los cambios que se producían en la enfermería, desde ser una mera ayudante del médico a seguir los planteamientos del NANDA (North American Nursing Diagnosis Association). De su labor han aprendido multitud de enfermeras y también de médicos, desde los primeros acólitos de D. Sisinio hasta nuestros últimos residentes (hace unos días todavía explicaba cómo se realiza en la práctica un test de la D-Xilosa a Pablo, nuestro Residente actual). En los últimos años ha trabajado en la UCAI y allí ha realizado tareas técnicas de enfermería y ha colaborado en la gestión de las agendas de médicos y enfermería con la misma destreza y eficacia. Pero no solo eso, ha acompañado a los pacientes en su deambular por el hospital, los ha acercado a los médicos y a las distintas consultas y ha tenido palabras de consuelo cuando las necesitaban, dejando al margen su carácter fuerte, que le ha sido de utilidad cuando era preciso recriminar actitudes no solidarias o poco profesionales.
Pilar ha hecho casi toda su carrera profesional en Medicina Interna, donde hay que aportar un plus de esfuerzo y de empatía con los pacientes, por la edad de éstos y sus múltiples patologías. Una especialidad que es dura para todos, pero de forma especial para las enfermeras, donde ella se ha manejado siempre de forma excelente y a todos los niveles, enfermera de base, supervisora o encargada de consulta de diagnóstico rápido y unidad de día. Ha sido una experta en la observación, la reflexión y la destreza práctica, una digna sucesora de Florence Nightingale.
Pilar dejará de ir temprano al Hospital, pero su labor de cuidadora va a continuar porque ella se ha dado cuenta que puede ser útil, con sus conocimientos y habilidades, en otros lugares y la cooperación la está esperando. Nosotros la echaremos de menos. Profesionales como ella hacen grande la profesión sanitaria. Gracias, Pilar.
Aurelio Fuertes Martín
Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública
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