[dropcap]M[/dropcap]e llama la atención un titular que he leído esta semana en la prensa: La certeza de una victoria fácil pierde fuelle entre los partidarios de Susana Díaz. ¿Tan acomodados están a traicionar la palabra dada esos partidarios como para creer en la victoria de quien lideró esa traición y todavía no se ha decidido a presentar su candidatura a las primarias del PSOE? ¿Es posible que pese tanto entre esa gente apoltronada en el aparato la apuesta por un partido que de modo tan resuelto faltó a los principios democráticos que deberían inspirar sus siglas?
Susana Díaz, aparte de ser la candidata de quienes hace mucho han dejado ser modelo del PSOE para convertirse en auténticas rémoras para su futuro -por idolatrados que sean entre un sector del partido-, es una señora que urdió la traición rastrera que acabó con el anterior secretario general, elegido por la militancia, para hacer posible el nuevo gobierno de don Mariano el Simple que soportamos. Sólo por esa sucia estrategia, la baronesa Díaz debería tener la decencia de no presentarse como candidata. Si hasta ahora no lo ha hecho, no ha sido porque le remuerda la conciencia, sino porque tiene dudas crecientes acerca de su victoria, como las tienen a medida que pasan los días bastantes de sus partidarios.
Mientras, crece en expectativas de éxito la candidatura de Pedro Sánchez, que esta semana pasó por Salamanca con metodología crowdfunding a lo Podemos, no porque represente a esa izquierda que ahora pretende abanderar después de haber pactado inútilmente con la derecha de Ciudadanos, sino porque buena parte de la militancia prefiere su liderazgo –sustentado sobre todo en su fidelidad a la palabra dada a los votantes del PSOE en contra de la investidura de Rajoy-, antes que el de quienes faltaron a esa palabra de un modo tan bochornoso.
Otro factor a tener en cuenta a partir de ahora y después de sus sucesivos fracasos electorales: El PSOE ya no se basta solo sino que ha de contar con muchos más de sus votos para llegar al gobierno. Si de verdad abandera a la izquierda, como ahora repite Pedro Sánchez y nunca resultará creíble en la baronesa Díaz o el tornadizo Patxi, habrá de contar con Unidos Podemos, algo para lo que únicamente el exsecretario general se ha mostrado hasta ahora un poco más proclive.
— oOo —