Las mejores interpretaciones son las realizadas con el corazón. El problema es que hay personas que no tienen el corazón abierto. Normalmente, son los más mayores los que tienen un corazón más cerrado y más duro. No ven lo que hay a su alrededor porque están demasiado ocupados en su rutina diaria. Por eso no ven a los fijiis, ni tampoco saben qué son.
Sin embargo, el musical “Fijiis, una historia muy, muy real”, dirigido por Francisco J. Álvarez y apoyado por Cáritas, explica que por muy duro que sea un corazón, nunca será lo suficiente como para no soñar. Pero soñar es más fácil cuando se tiene la ilusión y la inocencia de la infancia y por ello, son los alumnos y profesores del colegio Maestro Ávila los que han dado a conocer a los fijiis, pequeños animales que se camuflan como piedras. Su alimentación se basa en “una gota de agua, una miga de pan y tres pensamientos felices”.
Los alumnos del último curso del Grado en Educación Primaria de la Universidad Pontificia también han colaborado en la realización de este musical. El duro trabajo desempeñado durante cuatro meses finalizó con un sentido aplauso por el público que visitó el musical en el Palacio de Congresos.
Por Sara Niecres