Más de mil personas participaron este domingo en la XXII Marcha de Senderismo Arribes del Duero en Vilvestre.
Fue una jornada idónea para darle la bienvenida a la primavera y despedirse del invierno, que todavía envío por encima del Duero una nube inmensa con viento, que intimidó a algunos excursionistas al inicio de la marcha, aunque escampó al momento.
Los senderistas iniciaron su marcha desde el Rollo de Justicia, recorrieron la villa para llegar al Castillo, donde cogieron el sendero que los llevó por zonas de abundante vegetación autóctona, singulares construcciones y caprichosas formaciones rocosas.
Pasaron por las Huertas antes de tomar el camino de Traosierro para dirigirse hacia el Arroyo de la Nava, donde descubrieron la casa y los corrales que antiguamente usaban los cabreros.
En un serpenteante descenso llegaron hasta el arroyo, que cruzaron por el famoso Puente de Piedra. Y desde aquí ascendieron hasta La Nava, donde hicieron un pequeño descanso para recuperar las energías.
A continuación iniciaron un suave descenso, siguiendo el curso del arroyo, y disfrutando de la vista del Castillo Las Bonas, una impresionante formación rocosa que sirve de refugio a especies protegidas de aves.
Al final del trayecto pasaron por Los Baños para encaminarse hacia La Barca; donde descansar del camino y deleitarse con una suculenta comida mientras se contemplan las tranquilas aguas del Duero.
Una comida campestre a base de productos del cerdo a la brasa, queso, pan, agua y vino, naranjas, café, aguardiente y rosquilla casera, y regreso al pueblo en microbús tras la comida a orillas del Duero.
A las 17:00 horas, en el Frontón de pelota, una actuación de folclore popular.
