Opinión

Primarias en el PSOE

Pedro Sánchez y Susana Díaz.

[dropcap]L[/dropcap]os partidos políticos han sido cuestionados constantemente por su funcionamiento; la falta de transparencia, la corrupción y la forma en que se toman las decisiones son parte de sus problemas. Ante esta evidencia nos les ha quedado otra alternativa que renovarse y organizarse para enfrentar los nuevos tiempos y dar más protagonismo a sus militantes en sus procesos internos. Si bien es cierto que cada partido articula sus mecanismos de funcionamiento, es muy difícil entender un proceso interno sin un sistema de primarias que legitime a sus dirigentes. Las primarias se han convertido en la tabla de salvación para restituir la confianza de militantes y ciudadanos.

Las primarias, aunque son un instrumento muy útil, también tienen sus inconvenientes, pero va a depender de la limpieza con la que se lleven a cabo estos procesos para dar legitimidad y credibilidad al resultado. Es difícil conseguir la neutralidad e imparcialidad de los aparatos de los partidos, pues siempre presentan su propio candidato y este siempre parte con ventaja, mientras el resto tiene que luchar contra los elementos, pero aunque se dice que el aparato siempre gana, y en la mayoría de las veces es cierto, se han dado casos que han desafiado a los omnipotentes aparatos. Recordemos las primeras primarias que se convocaron en España en 1998 para elegir al candidato del partido socialista a la secretaría general que sustituiría a Felipe González, donde se impuso, contra todo pronóstico, Josep Borrell al candidato oficial Almunia por más de 21.000 votos. Está claro que en muchas ocasiones los intereses y deseos de los militantes no coinciden con el aparato y se subestima la fuerza de sus militantes.

El partido socialista, a pesar de vivir momentos de dificultad, con posiciones internas diferentes, no ha renunciado al proceso de primarias para elegir a su secretario o secretaria general y eso me parece un buen acto de responsabilidad democrática. En este momento hay tres precandidatos que se presentan para liderar el partido: Patxi López, Pedro Sánchez y Susana Díaz. Las encuestas, dependiendo de quién haga el análisis, dan ganador a uno u otro, pero la incógnita no se despejará hasta que no se cuenten los votos y puede pasar de todo.

Las redes sociales tienen un gran protagonismo en estos procesos entre simpatizantes de un lado y otro, pero desgraciadamente se cometen excesos. Aunque son comprensibles, es importante guardar las formas. Más allá de saber quién tiene la razón, la argumentación debería centrar los debates y no el insulto y la descalificación. No se puede hablar de cerrar heridas si luego los actos y conductas dicen todo lo contrario.

Los militantes son los protagonistas de este proceso y ello requiere también mayor responsabilidad, demostrando no sólo elegancia y educación sino madurez política que, en ningún caso,  está reñida con la libertad de pensamiento y crítica. Para restituir la confianza de los ciudadanos, el partido socialista tiene que demostrar que es capaz de hacer un debate interno serio, que quien gestione el proceso deberá ser independiente propiciando que los candidatos participen en igualdad. A los candidatos se les requiere inteligencia política y generosidad sea cual sea el resultado para cohesionar el partido y la integración de toda la militancia a pesar de  la opción que hayan apoyado.

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