El Balonmano Ciudad de Salamanca sumó este sábado un empate en casa que sabe a derrota ante el BM Pinto.
La situación a falta de 30 segundos era la siguiente. El partido estaba 24-23 para los de negro y posesión para los madrileños. El árbitro pita exclusión para un jugador del equipo rival cuando se disponían a atacar en busca del empate, porque ya no había tiempo para más.
Balón para el equipo charro, que jugando con dos más, solo tenía que entretener el balón y ver cómo se agotaba el tiempo para llevarse dos puntos de oro ante un equipo fuerte, vitales para sus opciones de permanencia.
Pero organizaron un imprudente ataque de dos contra uno y, sin venir a cuento, intentaron finalizarlo cometiendo un error monumental. Con lo que había en juego.
Más que un pase fue una condena. La bola cayó mansamente en manos del rival que estaba allí para hacer bulto. Agradeció el regalo, lanzó inmediatamente el balón para un compañero que corrió como si le persiguiera el diablo, empató y mientras el balón lamía las mallas, caía el último segundo. Y con él, un punto y, sobre todo, otro chute de moral para los charros, que andan apurados por la reacción del Guadalajara, que ahora marca el descenso, y que acorta las distancias de forma preocupante.
Lo que pudo ser una victoria vital para sus objetivos, se convirtió en una enorme decepción (también para una hinchada encomiable). Y todo por una pifia sin venir a cuento antes de visitar al líder, el Santoña.
