La ayuda por nacimiento o adopción se sitúa en 1.500€

La Comisión de Bienestar Social del Ayuntamiento de Salamanca ha dictaminado favorablemente este jueves aumentar la cuantía por beneficiario de 900 a 1.500 euros, en la ayuda por nacimiento o adopción, para aquellas familias que no superen el 50% de los ingresos en los tramos establecidos para su concesión. Con esta medida, según el Consistorio, «se garantiza la progresividad de esta línea de apoyo y se ayuda más a quien menos tiene».

El Ayuntamiento de Salamanca puso en marcha en el año 2008 una línea de ayudas por nacimiento o adopción que se fue consolidando con el paso del tiempo, que se amplió el año pasado con la destinada a mujeres embarazadas y madres con hijos menores de 3 años a su cargo, destinada para cubrir gastos de alimentación, medicación, guardería, ropa y artículos de bebé.

Por otro lado, se han modificado los requisitos de acceso a estas ayudas al objeto de hacerlas más accesibles y así llegar al mayor número de familias posible. Por ejemplo, el Ayuntamiento eximirá del cumplimiento de antigüedad en el empadronamiento a personas víctimas de violencia de género y solicitantes de protección internacional. Esta actuación se añade a la flexibilización de baremos para la concesión de ayudas por hijo nacido o adoptado para beneficiar a más familias.

La concejala de Ganemos Virginia Carrera se refirió, por su parte, al voto favorable de Ganemos a la moción presentada por el PSOE, en relación a la limitación en las ayudas al nacimiento y la adopción, dejando claro que “no puede tratarse de un cheque sin fondos” y que debe darse un mayor apoyo a aquellas familias monoparentales o con escasos recursos. No obstante, Carrera matizó que “no se trata de una cuestión de rentas únicamente, sino del aumento de las ayudas y los recursos de carácter público, que debe poner a disposición la institución”.

La concejala lamentó que, en lo relativo a la concesión de ayudas económicas, el equipo de gobierno del Partido Popular estuviera orientado siempre por la desconfianza, dando por sentado que, quien solicita una ayuda lo hace con el ánimo de engañar o defraudar. Carrera afirmó que “de la anécdota no puede hacerse una categoría”.