Un programa para reconocer emociones en personas con alzhéimer

Pacientes de alzhéimer, con los ordenadores. Foto IBIP.

 

Los resultados abren una nueva línea de intervención para mejorar la calidad de vida de los pacientes

Un tratamiento específico puede rehabilitar la capacidad de reconocer la expresión facial de las emociones en personas con Alzhéimer, según demuestra un trabajo publicado en la revista científica Journal of Alzheimer’s Disease.

Investigadores del Instituto Ibérico de Psicociencias (IBIP) de la Fundación INTRAS de Zamora, en coordinación con la Universidad de Salamanca y el Instituto de Estudios de Ciencias de la Salud de Castilla y León (IECSYL) han desarrollado un programa cuyos resultados abren una nueva línea de intervención para mejorar la vida de las personas que sufren esta demencia.

“En el envejecimiento normal, se produce una pérdida en la capacidad de reconocer emociones negativas como el miedo, la ira y la tristeza”, explica a DiCYT Jesús Antonio García Casal, primer autor del trabajo. En el caso de las personas con alzhéimer, esta pérdida es mayor, sobre todo para las emociones de baja intensidad, y se une al deterioro de las funciones cognitivas que les provoca la enfermedad.

Por eso, los científicos decidieron investigar si la capacidad de reconocer emociones puede ser rehabilitada mediante un programa de tratamiento específico. El estudio se centró en seis emociones básicas (alegría, tristeza, enfado, asco, miedo y sorpresa), además de la emoción neutra y la capacidad general para reconocerlas.

Los 36 pacientes que participaron se dividieron entre un grupo experimental, un grupo de control que recibió sesiones de estimulación cognitiva y un grupo que recibió un tratamiento usual. Tras 20 sesiones de 90 minutos en las que utilizaron un programa con interfaz de pantalla táctil, fotos y actividades dramáticas, el grupo experimental mejoró en su capacidad para reconocer emociones y en la velocidad de procesamiento en esta tarea frente a los demás participantes.

En concreto, “las emociones más sensibles al tratamiento fueron el asco, la sorpresa y la expresión neutra”, señala el investigador. Además, la mejoría se mantuvo un mes después de finalizado el tratamiento. “Es la primera vez que se informa de un tratamiento rehabilitador del reconocimiento de emociones en personas con alzhéimer y los resultados abren una nueva línea de intervención”, afirma.

Si se confirman estos hallazgos en ensayos clínicos posteriores, este tipo de rehabilitación puede suponer importantes beneficios para la calidad de vida de los pacientes. “La dificultad en el reconocimiento de emociones puede provocar alteraciones en las relaciones interpersonales, ya que es clave para la comunicación no verbal y modula la interacción con el entorno social”, comenta Jesús Antonio García Casal.

Además, la interpretación errónea de las expresiones faciales de las emociones puede llevar a errores en la comunicación, profundizando el aislamiento y la desconfianza de las personas que tienen este déficit. En definitiva, los expertos creen que esta línea de trabajo podría llevar a una mejora en las relaciones interpersonales de los afectados.

Efectos positivos sobre las funciones cognitivas

Además, estudios con personas con esquizofrenia han demostrado que la rehabilitación del reconocimiento de emociones puede tener efectos positivos sobre las funciones cognitivas generales. “Algunas de las áreas cerebrales implicadas en el reconocimiento de emociones también dan sostén a las funciones ejecutivas, el lenguaje, la memoria y la atención”, destaca el investigador del IBIP. “Esto podría explicar que la rehabilitación de la capacidad de reconocer emociones también afecte a estas funciones”, agrega.

Precisamente, el equipo de investigación ya trabaja en la publicación de resultados prometedores en este sentido: cómo esta misma intervención ha podido conllevar beneficios en otros aspectos. Además, quieren realizar un ensayo clínico que analice la eficacia de distintas partes del tratamiento de rehabilitación por separado. Por otra parte, están validando una escala con interfaz de pantalla táctil para evaluar el reconocimiento de emociones en personas con demencia, personas con deterioro cognitivo leve y personas mayores sanas (GRADIOR-AFECTOS).

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