El sindicato CSI-F exigió este lunes a Instituciones Penitenciarias que contrate con urgencia más personal. Alerta del deficiente servicio médico que tienen los 800 internos del centro, y considera “intolerables” las condiciones en las que trabajan los dos facultativos que hay ahora. Advierte de que, si la administración no ofrece soluciones inmediatas, las reclamará en los tribunales.
La Central Sindical Independiente y de funcionarios (CSIF) denuncia que sólo dos médicos, de los ocho existentes en la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) de la prisión de Topas “se encuentran prestando servicios, para atender a los aproximadamente 800 internos que hay”, por lo que exige a Instituciones Penitenciarias que “contrate urgentemente más personal médico”.
“Desde hace más de un año, los facultativos sanitarios del centro se jubilan o enferman y no se reponen las plazas”, lamenta CSIF, que alerta de una “situación insostenible, por las graves deficiencias de la atención médica y sanitaria a los internos”.
“La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias conoce sobradamente esta circunstancia, por lo que no podemos comprender cómo no ha procedido a la inmediata contratación de médicos con carácter de urgencia, y por qué sigue demorando a autorización de la apertura del procedimiento de contratación”, remarca CSIF.
Desde el pasado día 6 de abril, las guardias médicas -que hasta ahora tenían una presencia física- han pasado a ser guardias localizadas de lunes a jueves, estando los médicos residiendo a 40 kilómetros del centro penitenciario, explica CSIF.
Esto conlleva “retrasos en la atención, puesto que desde que se produce la urgencia, no pasa un tiempo inferior a 60 minutos antes de que el interno sea atendido por el médico. Será un enfermero el que atienda al interno durante ese tiempo, que no puede dispensar tratamientos sin la correspondiente prescripción médica”, indica CSIF.
Al hospital
Si el interno-paciente necesitara ser trasladado, continúa CSIF, “su llegada al hospital de referencia no puede realizarse antes de dos horas y media después, a partir del momento en el que se produce la urgencia, teniendo en cuenta la distancia y la falta de disponibilidad inmediata de ambulancia, con lo que, si se tratara de una parada cardiaca, un infarto o un abdomen agudo, entre otras emergencias, la eficacia de los primeros tratamientos habría desaparecido”.
“Un enfermero no es un médico, cada uno tiene su tarea asignada y son insustituibles. No se le puede dar al enfermero una responsabilidad para la que no está facultado, teniendo en cuenta -además- que estaría incumpliendo la legislación vigente, en caso de que actuara como si fuera un médico”, advierte CSIF.
Si este tema no se resuelve “con la urgencia que el problema requiere”, insiste CSIF, “nos veremos obligados a reclamar una solución a los tribunales”.