La Fundación Naturaleza y Hombre libera un centenar de conejos de monte en la Reserva Natural Campanarios de Azaba, en una acción que busca recuperar la especie en el área del oeste Ibérico como elemento esencial en la pirámide trófica, y que se reforzará próximamente con nuevas sueltas de la citada especie, esencial para la supervivencia del ecosistema mediterráneo.
La intervención forma parte del proyecto europeo LIFE “Club de Fincas por la Conservación del Oeste Ibérico”, coordinado por Fundación Naturaleza y Hombre, un ambicioso intento de recuperación de los hábitats de bosque mediterráneo y dehesas, utilizando como principal herramienta de conservación el establecimiento de acuerdos por la custodia del territorio con propietarios de fincas en España (en las provincias de Salamanca y Cáceres) y Portugal, que cuenta con una financiación total de dos millones de euros aportados por la Comisión Europea y por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en su línea de ayudas a organizaciones no gubernamentales y de la Fundación Biodiversidad.
Para lograr ese objetivo de revitalización del monte Mediterráneo, el conejo es una especie clave, pues hasta 48 especies dependen de él en gran medida para su alimentación, algunas tan emblemáticas como el lince ibérico y el águila imperial. Y sin embargo, se estima que su población actual se ha reducido en más de un 80% con respecto a la que había a mediados del siglo pasado.
Por eso, a principios de abril, Carlos Sánchez, presidente de Fundación Naturaleza y Hombre, Pedro Prata, director de Associação Transumância e Natureza y responsable del proyecto en la Reserva Faia Brava, en Portugal, y José Sánchez, coordinador del LIFE Oeste Ibérico en la Universidad de Salamanca, liberaron casi un centenar de ejemplares en unos refugios o “majanos” preparados especialmente en la Finca El Sestil y en otras zonas de la Reserva Natural Campanarios de Azaba.
El conejo como alimento esencial
La preparación de estos refugios en parajes como las fincas El Sestil y El Rual es uno de los ejemplos de colaboración con los propios habitantes de la zona, que son finalmente quienes velan por y se benefician del buen estado de su paisaje y fauna a través de los denominados acuerdos de “Custodia del Territorio”, a los que pueden sumarse todos aquellos propietarios que lo deseen.
Por curiosidad, ¿es realmente el conejo tan importante para la pervivencia del monte mediterráneo?
Es una especia clave en ese ecosistema, porque a mayor población de conejos mayor biodiversidad y abundancia de depredadores. El lince ibérico y el águila imperial (especies exclusivas de la Península), por ejemplo, basan casi exclusivamente su alimentación en este pequeño herbívoro. En concreto, el 90% de la dieta del lince se compone de conejos, del que llega a consumir uno al día de media y dos en época de cría. El águila imperial, por su parte, se alimenta de conejos en un 80%. Los conejos, al ser más grandes que otras presas como los roedores, suponen un recurso muy eficiente para estos predadores.
Expertos de WWF, a través de su proyecto SOS Conejo, y otros como Miguel Delibes Mateos subrayan la gran dependencia que muchos predadores propios de la península Ibérica tienen en este herbívoro.
¿Cuál es el motivo de la drástica reducción en la población de conejos, si es sabida su alta tasa de reproducción, que alcanza una media de más de 3 crías en cada uno de sus 2 o 3 partos anuales?
Hay varias razones, y la suma de todas ellas hace que esta alta reproducción no alcance a recuperar la población en la medida deseable. Entre ellas, dos enfermedades como la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica vírica, o las prácticas agrarias, que favorecen la homogeneidad del paisaje y la desaparición del hábitat más propicio para el conejo, con lindes y pequeñas parcelas sembradas y de matorral.
El proyecto LIFE “Club de Fincas por la Conservación del Oeste Ibérico”, coordinado por Fundación Naturaleza y Hombre, cuenta con la colaboración de la Associação Transumância e Natureza y de la Universidad de Salamanca, y con el apoyo de Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de España.