Xabier Benito, eurodiputado de Podemos, ha trasladado la preocupación de la ciudadanía sobre la mina de uranio de Berkeley a la Comisión Europea, que en su día dio un dictamen positivo al proyecto. Según Benito, detrás de este proyecto hay, probablemente, un “conflicto de intereses y puertas giratorias” que habría comenzado con la relación de Arias Cañete con la decisión de abrir la mina. Ha indicado que puede existir una “trama de corrupción a nivel europeo” vinculada con el PP.
El eurodiputado ha anunciado que hará saber a la Comisión que la declaración de impacto ambiental no tuvo en cuenta la afección en la salud del proyecto, además de poner de manifiesto que también es una cuestión transfronteriza en la que Portugal se ha mostrado en contra debido a la desembocadura del Yeltes en su territorio.
Por su parte, López de Uralde, diputado de Equo, ha querido dar la bienvenida a la paralización cautelar de la tala de encinas. Sin embargo, el diputado espera que no solo sea temporal, sino definitiva, hasta que se decida si la mina tiene luz verde para continuar. El Ministerio de Industria mantiene que, sin un informe del Consejo de Seguridad Nuclear, no se pueden pronunciar.
Los integrantes de la formación morada han querido resaltar un dato clave: “Por 10 años de producción, van a generar 1.000 años de destrucción ecológica”. Este tipo de negocio no solo incide en la salud de las personas, algo que Isabel Muñoz califica de “atentado contra la salud pública”, sino que afectará a la economía de la zona al poner en peligro al sector de la agricultura y la ganadería, que han manifestado su preocupación por que no puedan comercializar posteriormente sus productos.
Texto: Paula Castro Morán
