«Debemos pedir disculpas por las veces que no escuchamos». Así de contundente se mostró Ricardo Rivero, candidato a Rector de la Universidad durante su intervención en el Foro Miguel de Unamuno, que congregó en el auditorio de Julián Sánchez ‘El Charro’ a autoridades, profesores y responsables de asociaciones, empresarios y ONGs
Rivero quiere que el escudo de la Universidad y el botón charro se fundan. Es un propósito de intenciones, porque simbolizaría que la Universidad y Salamanca caminan de la mano. «Tiene que existir una colaboración constante entre la Universidad, las instituciones y las asociaciones, porque eso nos enriquece a todos. Éste es el modelo de Universidad que defendemos».
El candidato a Rector piensa entrevistarse con Ayuntamientos de la provincia, dar a conocer al sector primario los avances e investigaciones que se realizan en la Facultada de Ambientales. Pretende proteger «cada día, el hospital Universitario».
Con estos argumentos, quiere conseguir que «más de 10.000 estudiantes escojan la Universidad de Salamanca para formarse. Para ello, tenemos que contar con las instituciones, las empresas, las asociaciones y que la Universidad colabore con todas. Hay que ponerse este objetivo como prioritario».
De este modo, los jóvenes tendrán una oportunidad, al igual que las empresas del sector servicios y por extensión, toda Salamanca.
Durante su intervención, Ricardo Rivero recurrió al protocolo que tenía la Universidad en el siglo XVI. «El Rector pedía disculpas antes de iniciar un discurso. Deberíamos de pedir disculpas por las veces que no escuchamos».
Por este motivo, Rivero solicita la «ayuda» de los agentes sociales que pueden beneficiar a la Universidad y beneficiarse de ella.
Preguntó si el auditorio conocía las métricas complementarias vinculadas a la investigación y señaló que los investigadores debían de ir a por ellas, es decir a conseguir investigadores que trabajen para ofrecer calidad social en sus proyectos, que lanzaran sus investigaciones a los foros y comprobarán los retweet que recibían, más que buscar publicaciones internacionales que están sostenidas por multinacionales.
Rivero busca que en el plan estratégico de la Usal esté involucrada la ciudad. «La Universidad no debe ser el Vaticano de la Roma la Chica, como tampoco debemos estar en una torre de marfil. El día que la Universidad, las instituciones y los distintos agentes caminen justos, será el día que despegue toda la potencia que tiene».