El pabellón municipal Río Tormes estaba lleno hasta la bandera este sábado. Había ambiente de grandes ocasiones.
El equipo se jugaba la permanencia en el último partido de liga y el club pidió el apoyo de la afición, que respondió generosamente.
Los jugadores correspondieron con una victoria decisiva, que llenó de felicidad a la hinchada y a unos jugadores que estaban exultantes.
Toda la temporada braceando para salvar la categoría y jugárselo todo a una carta en la última jornada.
Los de negro dependían de ellos mismos. Si ganaban seguían un año más en Primera Estatal, independientemente de lo que hiciera su rival directo, el Guadalajara, que recibió al líder y le ganó.
El Ciudad de Salamanca tardó un cuarto de hora en coger las riendas del partido y poner rumbo hacia la salvación ante un BM Soria que vino con los deberes hechos y no tenía el plus de energía y de ambición que se veía en los salmantinos.
Al final, el pabellón estalló de alegría y el balonmano salmantino seguirá teniendo un representante en la Primera Estatal.
Por cierto, el partido acabó 31-24.