Eran las 0.15 horas de este miércoles cuando una fuerte explosión alteró la calma en Cabrillas, un pueblo a 9 kilómetros de La Fuente de San Esteban.
La localidad se está preparando para las fiestas de San Isidro y algunos pensaron que habían sido los petardos que alguien había prendido.
«Escuchamos una explosión muy fuerte. Los cristales temblaron y me puse muy nerviosa. Empecé a decir que nos iban a entrar por el balcón», relata una vecina.
Cuando se asomó a ver qué pasaba vieron las llamas en la zona del frontón, donde se montan la carpa y las atracciones de feria.
La primera en salir había sido la hermana del cura, que vive al lado de donde ocurrió la explosión, y la que sintió voces diciendo: «Sube al coche y vámonos, vámonos de aquí«.
Al parecer, poco antes había llegado un vehículo del que bajaron tres desconocidos «de Salamanca». Pero tras el incendio solo había dos.
Entonces se avisó a los Bomberos y a la Guardia Civil.
Parecía un incendio accidental del remolque, pero cuando los bomberos de Ciudad Rodrigo estaban acabando su trabajo uno de ellos descubrió bajo el remolque un cuerpo calcinado.
Fue entonces cuando saltaron las alarmas. Se acordonó la zona y se avisó al propietario del remolque.
Esa misma tarde había llegado al pueblo Ángel Lerma hijo para dejar el remolque con la cabina de los coches chocones, y había regresado a Salamanca. Tenían previsto montar la atracción a partir de este miércoles para que todo estuviera listo el fin de semana.
«Menos mal que no le ha pasado nada a Ángel, que lo conozco de muchos años (su presencia era habitual en las fiestas del pueblo), ni a ningún obrero suyo, porque si hubieran montado los coches chocones alguno habría dormido aquí«, explicaba una vecina del pueblo.
A falta de conocer la identidad del hombre calcinado, todo parece indicar que era uno de los tres forasteros que llegaron al pueblo con la intención de quemar el remolque del feriante (lo que alimentaría la sospecha de un ajuste de cuentas), pero cuando fueron a prenderle fuego algo salió mal, explotó y uno quedó atrapado mortalmente en su interior.
Los otros dos emprendieron la huida en un vehículo que dejaron abandonado en un camino de tierra que hay a la salida del pueblo, antes de llegar a la autovía, donde, presumiblemente, cogieron otro coche y se alejaron del lugar.
La Guardia Civil mantiene abiertas todas las líneas posibles de investigación para tratar de esclarecer lo ocurrido.